Amnistía Internacional (AI) denunció el asesinato y la violación sistemáticos de civiles con motivación étnica en Sudán del Sur, lo que constituye crímenes de guerra y contra la humanidad.
En su informe “No hay ningún lugar seguro: civiles atacados en Sudán del Sur”, la organización de defensa de los derechos humanos condena las “horribles atrocidades” cometidas “por ambas partes en conflicto” en el país africano, que además se sume “en una hambruna”.
En el documento, AI recoge el testimonio de supervivientes de masacres, víctimas de abusos sexuales y testigos de atrocidades en un enfrentamiento que ya ha causado más de un millón de desplazados y ha llevado al país más joven del mundo, escindido de Sudán en 2011, “al borde del desastre humanitario”.
Amnistía explica que, desde el estallido del conflicto en diciembre de 2013, las fuerzas leales al presidente Salva Kiir y el ex vicepresidente Riek Machar y sus respectivas milicias han atacado a civiles en sus pueblos, sus hogares, iglesias o mezquitas y hasta en centros de la ONU donde buscaban refugio.
AI descubrió en estos lugares cadáveres descompuestos y cinco fosas comunes en Bor con más de 500 cuerpos, además de viviendas quemadas y almacenes de ayuda humanitaria saqueados.
“Esta investigación revela el inimaginable sufrimiento de los civiles indefensos incapaces de huir de la espiral de violencia en Sudán del Sur”, afirma la subdirectora de AI para África, Michelle Kagari.
“Niños y mujeres embarazadas han sido violados y los ancianos disparados en sus camas hospitalarias”, añade la investigadora.
Kagari acusa a ambos bandos de haber ignorado “los principios más fundamentales de los derechos humanos a nivel internacional y la ley humanitaria”.
“Todos los responsables de cometer, ordenar o permitir estos abusos tan graves.
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