Impactantes testimonios contra Córdova Bautista

La sociedad potosina se vio impactada este domingo por los testimonios de tres presuntos víctimas de pederastia del sacerdote Eduardo Córdova Bautista, en una nota elaborada por la periodista Sanjuana Martínez y publicada en un importante rotativo de la Ciudad de México.
Muy temprano usuarios y medios en redes sociales digitales y portales electrónicos comenzaron a replicar la nota de Sanjuana Martínez, en donde son revelados los supuestos ataques sexuales a tres supuestas víctimas de quien fuera apoderado legal de la Arquidiócesis de San Luis Potosí e influyente sacerdote.
En este trabajo periodístico se afirma, entre otras cosas, que: “… las primeras denuncias de abuso sexual llegaron a la Iglesia potosina en 1983, cuando Córdova Bautista aún no era sacerdote y participaba como encargado de la biblioteca del instituto marista donde estudiaba.”
Y agrega la nota: “A pesar de las acusaciones, ingresó al Seminario Mayor de la diócesis de San Luis Potosí y fue ordenado sacerdote en 1988 por el obispo Arturo Antonio Szymanski Ramírez, quien durante años fue su gran protector y lo introdujo en las esferas del poder gubernamental y político del PRI.”
Uno de las supuestas víctimas de Córdova Bautista declaró a Sanjuana Martínez que: “Primero los atendía en la parroquia o sacristía, y después los invitaba a su habitación o a su domicilio, para ofrecerles lo que él llamaba confesión alternativa.”
“Te veo tenso, era la frase con que iniciaba la supuesta relajación, según las tres víctimas entrevistadas, cuya identidad prefieren reservar. Luego de escuchar sus problemas, les proponía una terapia relajante, la cual consistía en masajes y pastillas calmantes que a veces les provocaban somnolencia, situación que el sacerdote aprovechaba para cometer los abusos sexuales, que iban desde tocamientos hasta sexo oral y violación”, dijo el testigo.
Esta misma presunta víctima relató: “La primera vez me invitó a ir a su recámara (en el edificio) de la Acción Católica, en el segundo piso. Yo ya había entrado muchas veces y le tenía confianza. Me confesó y luego me empezó a decir que me veía muy tenso, por lo que me propuso una terapia relajante. Me dijo: es una confesión alternativa con el cuerpo; me pidió que cerrara los ojos y me dio unas pastillas, pero yo le dije: con que me reces, no necesito pastillas.”
A Córdova Bautista se le acusa de haber violado, durante 30 años, “protegido por la jerarquía católica mexicana y El Vaticano”, a “cientos de menores y jóvenes” del movimiento Acción Social del Instituto Potosino, del Colegio Motolinía, de la Renovación Marista, de Ciudad Nueva Marista, de Encuentros Juveniles de Espiritualidad y de Familia Educadora en la Fe, “que agrupa a estudiantes de diferentes escuelas católicas de la clase alta”.
En la misma publicación se afirma que el sacerdote acusado de pederastia, “abusaba de decenas de menores y jóvenes mientras concentraba importantes formas de poder ante las autoridades civiles y religiosas. Fue consejero de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y aún es parte del Consejo Ciudadano de Transparencia y Vigilancia de las Adquisiciones y Obra Pública del gobierno y monitor del ayuntamiento de San Luis Potosí.”
Para dar idea de su poder, en la misma nota periodística uno de los testigos narra lo siguiente: “Eran las 10 de la noche y fui testigo de cómo entró al palacio de gobierno sin hacer antesala para ver a Jaime Suárez, secretario general del gobernador Horacio Sánchez Unzueta. Se encargaba de mostrarnos su poder, su influencia. Eso nos impactaba. Fue y sigue siendo un hombre muy poderoso, dice Roberto, una de las víctimas.”
Acerca de este escándalo que este domingo impactó gravemente a la sociedad potosina, la arquidiócesis de San Luis Potosí, a través de Fernando Ovalle González, reiteró que Eduardo Córdova Bautista “deberá afrontar con sus propios medios las responsabilidades judiciales que se desprendan eventualmente de una presunta conducta delictiva.”
“Él –dijo—, deberá afrontar los hechos y defenderse por sus propios medios, asumir sus responsabilidades; Ovalle exhortó a las familias y a las propias víctimas –ya que se habla de cientos de ellas, acumuladas en al menos tres décadas—, para que presenten las denuncias correspondientes por los canales de la autoridad que corresponda, para no caer en la vorágine del fenómeno mediático.”
Se preguntó si, de contarse con elementos en firme que prueben la responsabilidad del sacerdote Eduardo Córdova Bautista, la Arquidiócesis interpondría una denuncia ante las autoridades judiciales civiles. Ovalle replicó que en todo caso los padres de familia (en caso de los menores de edad) y las víctimas adultas tendrían que hacerlo.
—¿La Aquidiócesis pediría a Córdova Bautista que se presentara y expusiera públicamente su caso?
—No –respondió el sacerdote. Son cuestiones personales…
—Pero es el apoderado jurídico de la Arquidiócesis, aunque este suspendido temporalmente –se le replicó.
—No –insistió el sacerdote—, porque en esta situación debe rendir cuentas a su obispo y, en todo caso (de existir pruebas fehacientes en su contra), será la justicia (civil) la que tendrá que tomar medidas…