Yo no renuncié, afirmó Josefina Salazar Báez, quien se desempeñaba como directora de fiscalización de la Auditoría Superior del Estado.
Según explicó, fue hasta ayer cuando le notificaron que la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado había decidido destituirla del cargo, no así el titular de la propia ASE, José de Jesús Martínez Loredo.
Con ello queda claro que la ASE, que es un poderoso órgano de control sobre el ejercicio de los recursos públicos, ejercidos tanto por los ayuntamientos, como por el Gobierno del Estado y por cualquier organismo o entidad pública, no es dirigida por su titular, Martínez Loredo en este caso.
Todas las decisiones importantes han pasado a ser tomadas por quienes integran dicha Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado, que son los diputados Eugenio Govea Arcos (del Partido Movimiento Ciudadano y ex panista), Jorge Vera Noyola (del Partido de Conciencia Popular que no tiene más de 70 mil votantes, pero muchos menos agremiados), Rosa María Huerta y Ruth Tiscareño Agoitia (ambas del PRI).
En esa composición de la Comisión de Vigilancia, que tiene un gran poder político por los motivos ya enunciados en párrafos anteriores, destaca que dos diputados son plurinominales: Jorge Vera Noyola y Eugenio Govea Arcos. Es decir, a pesar de que nadie los eligió en forma directa, pueden decidir sobre el gobierno de la Auditoría Superior del Estado.
Fueron esos diputados quienes decidieron la destitución de Josefina Salazar Báez como directora de fiscalización de la ASE, sin que se conozcan exactamente las razones, salvo porque el diputado Vera Noyola refirió que la Ley Orgánica de ese ente se lo impedía, por ser consejera nacional del PAN.
“Yo no renuncié. A mí me notificaron hoy (jueves) que quedaba destituida del cargo por acuerdo de la Comisión de Vigilancia”, explicó brevemente.
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