El asma es un padecimiento respiratorio que ocasiona opresión en el pecho, tos y dificultad para tomar aire, de modo que afecta la calidad de vida de quienes lo padecen, niños en su mayoría. Por suerte, la Homeopatía les ofrece una solución eficaz y duradera.
Olvídese del asma y vuelva a respirar
Es la enfermedad pulmonar que más se atiende en los servicios de urgencias de los hospitales y una de las principales causas de ausentismo en las escuelas. De hecho, se estima que en México hay más de 11 millones de asmáticos; de ellos, 80% son menores de 8 años, 12% tienen entre 9 y 17, y 8% son adultos.
Este padecimiento respiratorio se caracteriza por un proceso inflamatorio recurrente y reversible de la mucosa respiratoria que obstruye el paso del aire a los pulmones, así como aumento en la respuesta a diversos estímulos (hipersensibilidad y alergias).
Los factores que favorecen el desarrollo del asma son muy variados, pero pueden englobarse en dos categorías:
Predisponentes:
Genéticos. Si uno o ambos padres padecen asma, la posibilidad de que sus hijos sufran esta enfermedad es alta.
Género. Las estadísticas muestran que es más frecuente en varones, en proporción de 3 a 1.
Raza. Es más común en personas de raza negra.
De riesgo:
Infecciones de vías respiratorias. Cuando son frecuentes provocan daño importante en las células de los bronquios (conductos que transportan el aire de la tráquea a los pulmones), lo que causa inflamación crónica.
Alergias. Los especialistas en Alergología e Inmunología refieren que entre el 70 y 80% de los niños menores de 6 años con asma son también alérgicos a elementos como el polen de las plantas, ácaros del polvo, pelo de animales, hongos de la humedad y medicamentos. En adultos son más comunes el humo del cigarrillo y las sustancias químicas irritantes de la mucosa bronquial.
Emociones. Se ha observado mayor frecuencia de asma en niños que sufren ansiedad, falta de confianza en sí mismos, mal rendimiento escolar, fijación por la madre, estrés (por ejemplo, al presenciar discusiones y/o agresiones entre sus padres) y tendencia a reprimir sus impulsos.
Ejercicio. La práctica excesiva de actividad física también es causante de asma en algunas personas.
Regurgitaciones y reflujo. Devolver el alimento contenido en el estómago a través del esófago hacia la boca es causa de inflamación crónica de la mucosa respiratoria y, por lo tanto, puede ser precursora de asma.
Es importante señalar que el inicio del asma es entre los 2 y 4 años de edad, siendo la mayoría de estos casos de origen genético.
Momentos de angustia
Los pacientes con asma suelen tener alternativamente periodos sin molestias y otros en que los síntomas se manifiestan de manera violenta, llamados ataques o crisis. En estos últimos, los músculos que rodean las vías respiratorias se contraen, se inflaman y reducen la cantidad de aire que puede pasar.
Es muy frecuente que la primera crisis de asma se confunda con otros problemas, como bronquitis o bronquiolitis (inflamación a causa de microorganismos), ya que es común que los pacientes sean muy susceptibles de sufrir infecciones recurrentes de vías respiratorias.
La frecuencia y gravedad de los síntomas varían de un paciente a otro y se relacionan con la intensidad de la constricción (encogimiento) bronquial, el edema (acumulación de líquidos que genera inflamación) de las células bronquiales, el aumento de secreción de la mucosa bronquial y la capacidad de respuesta a los broncodilatadores (medicamentos que dilatan las vías aéreas).
Algunos pacientes con asma sólo tienen episodios ocasionales, leves y breves, mientras que otros presentan tos y sibilancias (silbido en pulmones) la mayor parte del tiempo, así como crisis ocasionales graves debidas a la exposición a alergenos, infecciones virales, ejercicio excesivo o irritantes.
La crisis asmática es predominantemente nocturna y casi siempre le precede un proceso infeccioso con tos constante, silbido en bronquios, sensación de opresión en el pecho, falta de expectoración, dificultad para tomar aire, respiración abdominal (sin movimiento del tórax) y fosas nasales muy abiertas.
Las consecuencias de las crisis van de leves a mortales, dependiendo de la gravedad, intensidad, tiempo de exposición a los agentes desencadenantes y, principalmente, de la respuesta a los medicamentos. Por supuesto, la calidad de vida se relaciona con la frecuencia de estos episodios.
Aunque las medidas preventivas no funcionan para evitar el asma, son muy útiles para disminuir el riesgo de que se presente tempranamente y, sobre todo, para evitar o disminuir las crisis.
Por ejemplo, se recomienda la limpieza extrema de la casa y evitar alfombras, mascotas, muñecos de peluche y fumadores dentro de la misma.
También es de utilidad cambiar la ropa de cama con frecuencia y contar con ventilación e iluminación adecuadas.
Los alergólogos aconsejan, como prevención, que durante el primer año de vida se evite alimentar a los niños con productos que puedan favorecer alergias: huevo, chocolate, nuez, cacahuate, pistache, mariscos y cítricos.
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