Rusia bombardeó Kiev antes de la cumbre del G7

Al menos un muerto y seis heridos dejó el ataque a un edificio de nueve pisos en la capital de Ucrania. El hecho se produjo a pocas horas del comienzo de la reunión de los líderes occidentales en Alemania.

Rusia lanzó este domingo misiles contra la capital de Ucrania que alcanzaron dos edificios residenciales y dejaron un muerto y seis heridos, informaron autoridades, en sus primeros ataques a Kiev en tres semanas y mientras consolida sus conquistas en el este del país.

Rusia dijo que atacó una fábrica de misiles cercana a la zona residencial, y que los daños en los edificios fueron causados por misiles antiaéreos lanzados por Ucrania para intentar neutralizar los proyectiles rusos utilizados en el bombardeo.

Los bombardeos llegaron con la guerra ya en su quinto mes, horas después de que Rusia tomara una ciudad clave en la zona del este de Ucrania que busca conquistar y poco antes del comienzo de una cumbre del G7 dedicada al conflicto.
Bomberos de Kiev combatieron incendios en los edificios y rescataron personas.

La fachada de los departamentos contiguos presentaba severos daños, sobre todo en los pisos superiores, que quedaron destruidos, mostraron imágenes televisivas.

El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, dijo que una persona murió y que cuatro de seis heridos tuvieron que ser hospitalizados, entre ellos una chica de 7 años que fue rescatada de debajo de los escombros.

«Se encontró un cuerpo y seis residentes resultaron heridos, cuatro de los cuales fueron hospitalizados -entre ellos una niña de siete años-«, indicó el alcalde, sin brindar información sobre la persona fallecida.

El ministro de Cultura ucraniano, Oleksandr Tkachenko, dijo en Telegram que un jardín de infantes fue alcanzado por el ataque. El patio del jardín presentaba un impacto que había cavado un gran cráter, informó la agencia de noticias local Ukrinform.

Según información preliminar, Rusia disparó un total de 14 misiles contra Kiev y la provincia del mismo nombre, en el norte de Ucrania, dijo por su parte el diputado Oleksii Goncharenko.

El Ministerio de Defensa ruso dijo que lo que bombardeó este domingo en Kiev fue una fábrica de misiles y tachó de «falsas» las informaciones de sus proyectiles alcanzaron la zona residencial.

Fue la fábrica de armamento Artiom la que, «como infraestructura militar, era el blanco» de los bombardeos, declaró el Ministerio ruso de Defensa en un comunicado, agregando que esa planta ya había sido atacada en abril.

Klitschko dijo a periodistas en el lugar del bombardeo que «puede ser un ataque simbólico» antes de una cumbre de la OTAN prevista para esta semana en Madrid, España.

El ataque a Kiev llegó horas antes del comienzo de una cumbre del G7 en Alemania.

«Es más de su barbarie», dijo el presidente Joe Biden, al ser consultado por el ataque en el castillo de Elmau, la sede de la cumbre del G7. Tras la agresión, el Gobierno ucraniano volvió a pedir más armas y sanciones a los líderes occidentales.

«La cumbre del G7 debe responder con más sanciones contra Rusia y más armas pesadas para Ucrania», exhortó en Twitter el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba. El canciller también llamó a «vencer al imperialismo enfermizo» ruso.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, hablará ante el G7 este lunes por vía telemática.

En Kiev, residentes, entre ellos una mujer en bata de baño, estaban al pie de los edificios afectados por el bombardeo. Muchos de ellos lloraban, informó la agencia de noticias AFP.

Los ataques estuvieron entre decenas de otros lanzados este domingo por Rusia en toda Ucrania, informaron autoridades.

En Moscú, el Ministerio de Defensa ruso dijo que había atacado tres centros de entrenamiento militares en el norte y el oeste de Ucrania, uno de ellos cerca de la frontera polaca, días antes de una cumbre de la OTAN, de la cual Polonia es miembro.

El comunicado no precisó dónde ni cuándo fueron lanzados esos misiles, pero autoridades ucranianas dijeron ayer que Rusia había efectuado ese día ataques desde la vecina Bielorrusia, que limita con el norte de Ucrania.

El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció este sábado que su país iba entregar a Bielorrusia misiles capaces de transportar ojivas nucleares «en los próximos meses».

Bielorrusia no está oficialmente implicado en el conflicto, pero como aliado del Kremlin, le proporciona apoyo logístico.

Esos ataques desde Bielorrusia ocurrieron en la occidental provincia de Lviv, cerca de la frontera con Polonia, en la central de Zitomir y en la norteña Chernigov, según Ucrania.

En los bombardeos se usaron «armas de alta precisión de fuerzas aeroespaciales rusas y misiles (de crucero) Kalibr», dijo el Ministerio de Defensa ruso.

También este sábado, Rusia concluyó la conquista de la ciudad ucraniana de Severodonetsk y consiguió entrar en barrios de la vecina Lisichansk, tras semanas de una devastadora ofensiva para apoderarse de la región del Donbass, en el este del país.

Lisichansk es el último gran asentamiento urbano que le falta capturar a Rusia en la provincia de Lugansk, lo que sería un importante paso adelante en los planes rusos de apoderarse de todo el Donbass.

El Ejército ruso y separatistas prorrusos controlan cerca de la mitad de Donetsk, la otra provincia que forma el Donbass, al sur de Lugansk. La región es el corazón minero e industrial de Ucrania. Es fronteriza con Rusia, y en ellas el ruso es la lengua más hablada.

El gobernador de Lugansk, Sergii Gaidai, dijo que «el 90% de Severodonetsk está dañado y que será muy difícil sobrevivir» en ella.

La caída de Severodonetsk y Lisichansk, que están separadas por un río, podría facilitar el avance de las tropas rusas hacia Sloviansk y Kramatorsk, las últimas dos grandes ciudades del Donbass en poder de Ucrania, ambas en Donetsk.