El músico inglés confesó que su próxima gira por Estados Unidos con Genesis podría significar su retiro de los escenarios.
Phil Collins reveló que ya no puede agarrar las baquetas de la batería como antes debido a la enfermedad degenerativa que ha permeado su estado de salud, especialmente en sus extremidades.
Anunció que se unirá a la próxima gira que Genesis hará por Estados Unidos a pesar de los graves problemas de salud que le causan dolor en sus extremidades y le impide pasar largos lapsos de pie.
En una entrevista para la BBC Breakfast, el reconocido músico inglés confesó que siente una gran impotencia al no poder tocar la batería como lo hacía en sus mejores tiempos debido a la enfermedad degenerativa que lo ha alejado de sus actividades.
“Me encantaría, pero ya sabes, quiero decir, apenas puedo sostener un palo con esta mano”, declaró en respuesta a que si nuevamente deleitaría al público con su magistral manera de tocar la batería.
“Hay ciertas cosas físicas que se interponen en el camino”, añadió refiriéndose a su deterioro físico.
El también vocalista comentó con nostalgia que le gustaría mucho poder compartir la batería junto a su hijo Nicholas Collins, quien desde hace unos años suplió a su padre en el instrumento debido a que el baterista ya comenzaba padecer estragos en su cuerpo como fracturas.
“Estoy un poco discapacitado físicamente, lo cual es muy frustrante porque me encantaría jugar allí con mi hijo”, comentó.
Esta podría ser la última gira de Phil Collins, quien considera que ya llegó el momento de su retiro de los escenarios, pues además de sus dificultades físicas, el baterista piensa que tiene una edad avanzada.
“Todos somos hombres de nuestra edad y creo que, hasta cierto punto probablemente sea lo mejor. Creo que sí, en general, para mí, no sé si quiero salir a la carretera más”, confesó.
El baterista sorprendió a los fans de Genesis al unirse a la entrevista que la BBC le hizo a la agrupación por su tan esperado regreso a los escenarios.
Durante la charla, Phil Collins apareció sentado con una clásica chaqueta de cuero negra y los únicos que salían y volvían al cuadro eran Mike Rutherford y Tony Banks.
