Oaxaca, gobernar de hinojos

La decepción ha sido tan grande como lo fue en su momento la expectativa. El fracaso se debe medir en función de la esperanza. El gobierno de Gabino Cué ha decepcionado a todos los que se congregaron a su lado. Los únicos satisfechos son los integrantes de la Sección 22 del CNTE que han podido establecerse como la fuerza política determinante en la entidad. Lo malo es que su presión cotidiana no pretende rientar las políticas públicas para beneficio de la población mayoritaria. Nada de eso. Lo que quieren, lo único por lo que luchan, es por perpetuar sus privilegios que se pueden sintetizar en la frase: cobrar sin trabajar o con el menor esfuerzo posible. No es de extrañar que en estos años la entidad se haya consolidado en los últimos lugares de los indicadores de desarrollo.
El recurso de la traición
¿Es un problema personal o una estructura viciada? Son las dos cosas. Gabino Cué y su mentor Diódoro Carrasco, ambos priistas de hueso colorado. No dudaron en dejar al partido tricolor, que por cierto llevó a Diódoro al gobierno de Oaxaca, y comenzaron, a partir de una traición, el asalto al poder. Carrasco se volvió panista y Gabino recurrió al apoyo de López Obrador a quien por cierto también terminó traicionando. Como gozaban de mejor imagen pública que sus adversarios, se pudieron montar en una ola de supuesta superioridad ética que les funcionó muy bien, hasta que todos se dieron cuenta que era falso. Gabino Cué que recorrió todos los municipios de Oaxaca al lado del Peje, fue seleccionado como el candidato de la coalición PRD-PAN. Gabino le dio una patada en el trasero al tabasqueño, a quien en un exceso bochornoso borró incluso de las fotos de los recorridos. Cué ganó y el día de su toma de posesión logró reunir a tirios y troyanos.
Las alianzas bizarras
Los dirigentes nacionales de PAN y PRD dejaron de ser por un día el agua y el aceite. Derecha e izquierda unidas por el interés común de vencer al PRI en Oaxaca. Nadie se preguntó ese día qué tipo de gobierno haría, si sería conservador o progresista, que posición tendría en temas como el aborto, el petróleo, las pensiones. Manuel Camacho, presente en el evento, dijo que la única forma de vencer al PRI era con la alianza. Todo mundo suponía en automático que Gabino haría un buen gobierno. Nadie pensó que su administración se caracterizaría por el desgobierno, por la ausencia de autoridad, por la sumisión. Debió pensarse, sobre todo cuando la ominosa figura de Flavio Sosa apareció en el presídium, presagiando lo peor, como posteriormente ocurrió. Gabino comenzó a titubear y a equivocarse desde la conformación de su equipo. Como se dobló a las primeras de cambio, ese gesto se convirtió en su divisa.
Decepción generalizada
El resultado es que ni PRD ni PAN están satisfechos con el gobierno, mantienen su apoyo por los beneficios en efectivo. De hecho lo han repudiado en público. Dirigentes estatales del PAN no descartan incluso aliarse con el PRI para desquitarse de Gabino. Sí, lo leyó usted bien, aliarse con el PRI. Oaxaca está fuera de la corriente de desarrollo y de modernización. Desde luego de la reforma educativa que no tiene ninguna oportunidad de aplicarse en la entidad, condenando a Oaxaca a una marginación perpetua donde el poder de la CNTE y sus aliados de la guerrilla imponen condiciones. Los pequeños comerciantes, la comunidad empresarial y la mayoría de los oaxaqueños añoran un buen gobierno. Ya no les importa que sea de izquierda o de derecha, se conforman con que sea una autoridad que marque límites y cumpla y haga cumplir la ley. Gabino está fuera de la jugada y hay voces que añaden que ha perdido incluso el control de sí mismo. En la edición más reciente del Tianguis Turístico, el que se llevó a cabo en Cancún, dicen que lo vieron ebrio celebrando, a su manera, su derrota.
Ulises
El pecado del gobernador priista Ulises Ruiz, anterior a Gabino, fue intentar un desalojo de grupos insurrectos que habían tomado calles del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca. No se la acabó. El gobierno federal panista lo dejó solo. De hecho le puso el pie para que los efectivos de la APPO impusieran sus condiciones. Ante el fracaso de Gabino, el PRI podría triunfar otra vez.
Sosa
No es fácil seguir la pista a la carrera política de Flavio Sosa. Pasó del comunismo al apoyo a Vicente Fox. Fue uno de los líderes visibles del levantamiento de la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca. La insurrección triunfó y ahora Sosa es diputado local, por el PT. Lo importante para él es tener su dosis de poder y de dinero fácil.
Núñez
Una vez que su movimiento hartó a los capitalinos y sus autoridades, las huestes de la Sección 22 de la CNTE que controla Rubén Núñez regresaron a Oaxaca, que es su zona de confort, donde hacen literalmente lo que se les pega la gana y donde controlan los cargos públicos de la educación. A veces le avisan al gobernador de sus decisiones, en ocasiones Cué se entera por el periódico. La Sección 22 regresará al DF… Cuidado.