Cirqueros temen por su integridad

Profesionales dedicados al circo acusan que la violencia en su contra comenzó a subir de tono por algunas personas que defienden a los animales. “Además de vivir en la incertidumbre por el riesgo de perder nuestra fuente de empleo, crecen las agresiones en nuestra contra”, explicó Juventino Gasca, entrenador y acróbata del Circo Fuentes Gasca Boys.

La semana pasada a las cuatro de la mañana llegaron a las instalaciones del Circo Fuentes Gasca Boys, ubicado atrás de Plaza Tepeyac, tres personas con la intención de liberar a sus animales.

“De manera violenta querían liberar a nuestros animales. Los trabajadores del circo se dieron cuenta y evitaron que llegaran a las jaulas; hablaron a las autoridades, pero en lo que la policía llegaba éstos se fueron, por fortuna la situación no pasó a mayores”, explicó Juventino.

El domador destacó que ha habido situaciones en las que llegan a grafitear sus remolques, a insultarlos verbalmente e, incluso, a agredirlos físicamente.

El joven entrenador cuestionó: “preguntémonos ¿qué hubiera pasado si logran su cometido? Por ejemplo liberar a nuestros tigres. ¿A dónde pensaban liberarlos? En las calles de la ciudad para exponer a las personas, al final del día son animales salvajes, que hubieran estado asustados y en consecuencia hubieran reaccionado”.

En ese sentido, recalcó que si estos individuos hubieran logrado su cometido las consecuencias habrían sido en contra de la gente de este circo, ya que las autoridades los habrían acusado de irresponsables en el cuidado de los animales.

Señaló que ante la aprobación de una ley que prohibe usar animales en los circos de la capital, cirqueros del país han comenzado a cruzar información y contabilizaron más 2 mil 500 animales que participan en este tipo de espectáculos.

Consideran que hay desconocimiento de los legisladores asambleístas sobre el manejo de éstos, en donde no se les maltrata, y si así llegase a suceder la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) entra en acción.

Explicaron que es imposible que las manadas de tigres sobrevivan en una reserva o santuario, ya que éstos no pueden convivir con otras manadas por mucho tiempo, pues podrían terminar matándose.

“Nosotros tenemos dos manadas de tigres y ambas están separadas. Usamos una jaula grande para se recreen, los dejamos muy poco tiempo juntos e inmediatamente vuelven con su grupo, pues dejarlos juntos significaría que entre ellos se mataran. Esto es algo que el Partido Verde, que busca la protección de los animales, no sabe”, dijo Juventino.