Cinco cosas que debe saber sobre los Premios Nobel

Cinco premios

Los Premios Nobel recompensan desde hace 120 años a hombres, mujeres y organizaciones que han trabajado por el progreso de la humanidad, como dejó por escrito su creador, el inventor sueco Alfred Nobel.

Estas son cinco de las cosas que hay que saber sobre estos codiciados galardones que serán atribuidos del 4 al 11 de octubre en Estocolmo y Oslo.

Un error en el origen de los premios

El 12 de abril de 1888, el hermano mayor de Alfred Nobel, Ludvig, murió en la ciudad francesa de Cannes. Pero el diario Le Figaro se equivocó y anunció la muerte de Alfred en su primera página con un breve y virulento titular: «Un hombre que difícilmente puede ser llamado benefactor de la humanidad murió ayer en Cannes. El señor Nobel, inventor de la dinamita».

¿Qué tormentos le causó a Alfred esta necrología prematura? Muchos le atribuyen la creación de los Premios, haciendo hincapié en la fórmula elegida por Alfred Nobel quien quiso recompensar a los «bienhechores de la humanidad».

«Pero son sólo conjeturas» porque el incidente no se menciona en su correspondencia, explica su biógrafa Ingrid Carlberg a la AFP.

Los visitantes que acudieron a presentar sus condolencias en la mansión parisina del inventor, se encontraron con la sorpresa de ser recibidos por un Alfred muy vivo, según contó Le Figaro, al día siguiente.

Póstumos

Desde 1974, los estatutos de la Fundación Nobel estipulan que no se puede otorgar un premio a título póstumo, a no ser que la muerte se produzca después de que se anuncie el nombre del laureado.

Antes de ese año, solo dos suecos fallecidos fueron galardonados: el diplomático Dag Hammarskjöld (premio de la Paz en 1961) y el poeta Erik Axel Karlfeldt (Literatura en 1931).

En 2011 se produjo una situación inaudita: tras la concesión del premio de medicina se supo que un laureado, el canadiense Ralph Steinman, había muerto tres días antes. La fundación decidió no obstante validar el nombre en su prestigioso palmarés.

Candidatos improbables

Desde Adolf Hitler a Michael Jackson pasando por Stalin o Mussolini, el Nobel de la Paz contó con candidaturas improbables, estrafalarias y aberrantes.

Hitler fue nominado por un diputado sueco en enero de 1939, en los albores de la guerra más sangrienta de la historia. La propuesta, sarcástica y encaminada a desacreditar la nominación del británico Neville Chamberlain tras los acuerdos de Múnich, fue retirada finalmente, pero permanece en los anales del premio.

El presidente serbio Slobodan Milosevic, juzgado más tarde por genocidio, también fue propuesto, junto con Jules Rimet, «padre» de la Copa Mundial de Fútbol. Decenas de miles de personas pueden someter una candidatura, pero no se estudian todas las propuestas.

Las mujeres

El número de mujeres no ha parado de aumentar desde la primera edición. Pero las mujeres premiadas con un Nobel (58) representaban apenas el 6 % de los ganadores desde 1901.

En Economía suman el 2,3%, y en los premios científicos el 3,7%. El de Literatura es prácticamente asunto de hombres (13,7% mujeres); el de la Paz es algo más igualitario (15,9%).

Y eso que la primera persona en haber ganado dos veces el Nobel es una mujer: la francesa de origen polaco Marie Curie, en 1903 en Física y en 1911 en Química.

Las matemáticas

¿Por qué no existe un Nobel de matemáticas? Corrió la leyenda de que Alfred se habría vengado así de la pareja de una de sus amantes, el matemático Gösta Mittag-Leffler. Pero no hay nada que apoye esta hipótesis.

La explicación más plausible es que en 1895, cuando Nobel redactó su testamento, ya existía en Suecia una recompensa para las matemáticas y no vio ningún sentido en crear otra. Además, a principios del siglo XX, las élites y la opinión pública sentían predilección por las disciplinas aplicadas. La contribución de las matemáticas a la humanidad no era tan evidente como en la actualidad.