
Caminar por sus calles de forma irregular es introducirse a barrios con sellos característicos, que invitan a contemplar viejas casonas de típica arquitectura y sabor añejo. La Basílica de Jala, joya arquitectónica mezcla de estilos romano y gótico, fue construida con cantera color rosa, verde y amarillo, su primera piedra se colocó en abril de 1856. Existen dos construcciones en ruinas, la primera que fue la iglesia de San Francisco de Asís, edificada en 1674, y la segunda que fue un convento franciscano, clausurado en 1810.
Cuenta con grandes atractivos como el volcán del Ceboruco, sus paisajes, los cerros y sus caídas de agua ubicados al norte de la cabecera municipal, donde se observa toda el área urbana. En la localidad hay cuatro templos tradicionales: la basílica lateranense de la Señora de la Asunción; el templo de La Natividad; el templo de San Francisco; y el templo de la comunidad vecina de Jomulco. La cocina local es sin duda una de las razones por las que cada fin de semana acuden visitantes.



