Las Cosas de la Ciudad; 10 de Mayo, Día de las Madres

Por: El Diablo Cojuelo

MADRES-Aunque cada 10 de mayo se celebra en San Luis Potosí con flores, música y felicitaciones, para miles de mujeres este día solo subraya el contraste con la realidad que viven cotidianamente; violencia en múltiples formas. De acuerdo con datos oficiales y organizaciones civiles, un alto porcentaje de mujeres potosinas han sido víctimas de violencia psicológica, física, sexual, económica y patrimonial, incluso por parte de sus propias parejas o familiares. La fecha, aunque revestida de festejo, debe ser un recordatorio del fracaso institucional para garantizar una vida libre de violencia. Las campañas gubernamentales son superficiales y sus resultados, nulos. Mientras se publicitan abrazos simbólicos o desayunos conmemorativos, muchas madres están sumidas en la desesperación de no contar con protección ni justicia. El Estado no solo ha normalizado la violencia estructural contra las mujeres, también ha fallado en diseñar políticas efectivas y sostenidas que las respalden verdaderamente.

FLORES– En contraste con la situación de fondo, la derrama económica del Día de las Madres sí florece. Las ventas de flores se incrementan entre un 50 y 60 por ciento respecto a un día normal, según comerciantes del ramo. Los ramos se han transformado en artículos de lujo, y hoy incluyen flores importadas y de nueva creación que encarecen el detalle sin necesariamente traducirse en mayor valor simbólico. El comercio se apodera del afecto, y convierte una fecha conmemorativa en una oportunidad de consumo que beneficia a pocos. Si bien se reconoce el esfuerzo de floristas y emprendedores locales, también se evidencia cómo el sistema privilegia lo superficial. Mientras las madres reciben gerberas y rosas, siguen batallando con salarios precarios, jornadas dobles no remuneradas y falta de servicios públicos dignos. La flor en la mano no debe ocultar la espina de la indiferencia institucional.

TRÁNSITO– Mientras miles transitan por la ciudad para reunirse o celebrar, el caos vial en San Luis Potosí vuelve a ser protagonista. Este viernes se reportó el fallo de un semáforo en la Avenida Carranza y Uresti, un punto clave para peatones y automovilistas. La falta de mantenimiento en semáforos no es nueva; desde 2023 se han denunciado problemas constantes en dispositivos peatonales que no muestran señales visuales y apenas emiten sonidos intermitentes. Las autoridades, lejos de atender estos reportes con prontitud, han optado por el silencio y la omisión. La ausencia de agentes de vialidad agrava la situación, aumentando la posibilidad de accidentes. A esto se suma la falta de una política integral de movilidad urbana que contemple la seguridad del peatón como prioridad. El abandono de la infraestructura vial no solo expone la desidia municipal, también refleja un desprecio por la vida cotidiana de quienes caminan la ciudad.

SOSPECHOSO– La revelación de que al menos 27 vehículos del Ayuntamiento de San Luis Potosí fueron dados de baja ilegalmente en oficinas de la Secretaría de Finanzas sin intervención directa del municipio es un escándalo que exhibe el nivel de corrupción institucionalizada. Todo salió a la luz tras un accidente con la camioneta TL486H, vinculada al secretario Fernando Chávez Méndez, la cual operaba con irregularidades. ¿Cómo puede una unidad oficial, ligada a hechos delictivos, circular con total impunidad? La respuesta está en las redes de protección política, el uso faccioso del poder y la ausencia de auditorías eficaces. Este caso no es un hecho aislado, sino un ejemplo del manejo discrecional del patrimonio público. Mientras la ciudadanía paga impuestos y enfrenta servicios públicos deficientes, funcionarios usan los recursos como si fueran propiedad privada. Urge que esta red de complicidades sea desmantelada y se rindan cuentas claras.

SEQUÍA– La sequía en San Luis Potosí alcanza niveles alarmantes; más del 70% del estado enfrenta condiciones de sequía moderada, según el Monitor de Conagua. Esto no solo compromete el abastecimiento de agua potable, también afecta la producción agrícola y ganadera, y con ello la economía de cientos de familias. Lo más grave es que las autoridades actúan como si se tratara de un fenómeno esporádico, sin implementar medidas estructurales. No hay campañas reales de concientización, ni inversión en captación de agua pluvial, ni mucho menos una revisión al modelo de concesiones privadas como la del acueducto El Realito, que sigue fallando. La población rural, sobre todo las madres campesinas, son quienes sufren más directamente esta emergencia. La sequía no es solo un tema ambiental, es una crisis social que revela la desigualdad hídrica y la irresponsabilidad histórica del manejo del agua en la entidad.

INSEGURIDAD– La inseguridad sigue siendo el enemigo silencioso del día a día en San Luis Potosí. A pesar de los discursos oficiales sobre una supuesta reducción delictiva, los robos, asaltos y violencia común siguen creciendo, especialmente en la capital potosina. Las madres potosinas, lejos de sentirse protegidas, viven con miedo;  al salir a trabajar, al regresar de la escuela con sus hijos, o incluso dentro de sus propias casas. La percepción ciudadana ya no confía en los cuerpos de seguridad, que se ven rebasados o coludidos con la delincuencia. Cada nuevo dato, cada nueva víctima, cada nuevo delito sin resolver, representa una afrenta a una sociedad que exige justicia y paz. Que el Día de las Madres sirva para reconocer su fortaleza, pero también para exigir a las autoridades que enfrenten la crisis con acciones reales, no con declaraciones vacías o abrazos simbólicos.

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