
El noruego Casper Ruud por fin conquistó lo que tantas veces se le negó: su primer título de Masters 1000. Lo hizo en la Caja Mágica de Madrid, sobre su querida tierra batida, imponiéndose en una intensa final al británico Jack Draper (número 6 del mundo) por 7-5, 3-6 y 6-4 en dos horas y media de lucha y nervios.
A sus 26 años, y tras perder tres finales de Grand Slam y dos de Masters 1000, el ex número dos del mundo explotó en júbilo tras la última derecha paralela que obligó a Draper a fallar. Ruud alzó los brazos, miró al cielo y soltó el peso de los años de frustraciones en las grandes citas.
Era su 25ª final como profesional, la más importante de todas. Llegó a Madrid como número 15 del mundo, fuera del ‘top 10’, sin títulos en 2025, y con la sensación de ser un especialista sin coronas de prestigio. Pero esta vez, cuando menos se le esperaba, lo logró todo. Dejó en el camino a figuras como Fritz, Medvedev y Cerúndolo, y enfrentó a un Draper en plena forma, reciente campeón en Indian Wells y futuro top 5.
La final tuvo de todo. Ruud salvó un primer set que tenía cuesta arriba —Draper sacaba para cerrarlo con 5-4— y lo remontó con temple y agresividad. El británico reaccionó con un gran segundo set, pero en el tercero el noruego impuso su experiencia y mentalidad para romper en el momento clave y no volver a soltar la ventaja.
Este triunfo eleva a 13 el número de títulos en la carrera de Ruud, pero es el primero de categoría Masters 1000, y llega justo antes de Roland Garros, su torneo fetiche, donde ha sido dos veces finalista. Además, con esta victoria regresa al puesto 7 del ranking ATP, confirmando su resurgir en la superficie que mejor domina.
El alumno de la Rafa Nadal Academy entierra así años de “casi”, y se mete de nuevo en la conversación de los grandes justo cuando comienza la parte más exigente del calendario.