Dos sospechosos, incluido un menor, fueron detenidos por planear un atentado con explosivos caseros durante el evento que reunió a 2.1 millones de personas en Copacabana.

Autoridades brasileñas informaron este sábado la detención de dos personas sospechosas de planear un atentado con explosivos improvisados durante el multitudinario concierto gratuito de Lady Gaga en la playa de Copacabana, al que asistieron más de 2.1 millones de personas. Uno de los detenidos es un adolescente que, además, almacenaba pornografía infantil, según reveló la investigación.
El operativo fue coordinado por la Policía Civil de Río de Janeiro, con apoyo del Ministerio de Justicia y corporaciones estatales de São Paulo, Rio Grande do Sul y Mato Grosso. La operación logró identificar a un grupo que, según las autoridades, reclutaba personas a través de internet para incitarlas a perpetrar ataques con fines de notoriedad digital.
El supuesto organizador del atentado fue capturado in fraganti en el estado de Rio Grande do Sul, acusado de posesión ilegal de arma de fuego. En tanto, el adolescente fue arrestado en la ciudad de Río de Janeiro y enfrenta cargos adicionales por delitos relacionados con pornografía infantil. Las autoridades no han revelado los nombres de los detenidos por tratarse de una investigación en curso.
El grupo habría seleccionado el evento de Lady Gaga por su alta visibilidad internacional y por la numerosa presencia de personas de la comunidad LGBTI, contra quienes, según medios locales, los detenidos difundían discursos de odio. El objetivo, según los investigadores, era ganar repercusión en redes sociales mediante un acto violento de alto impacto.
Lady Gaga se presentó el sábado por la noche en el emblemático escenario natural de la playa de Copacabana, en un show que duró dos horas y fue celebrado por una audiencia récord. La artista no se refirió a los hechos durante el espectáculo, que transcurrió sin incidentes gracias a un dispositivo de seguridad sin precedentes.
El operativo de protección incluyó la presencia de 5 mil agentes policiales, 78 torres de observación, drones con tecnología de reconocimiento facial y una docena de cámaras de vigilancia adicionales instaladas temporalmente. El nivel de seguridad respondió no solo al alto perfil de la artista, sino también a amenazas previas que ya estaban siendo monitoreadas.
La cantante neoyorquina, ganadora del Óscar y varios premios Grammy, regresó a Brasil después de casi una década de ausencia. En 2017 había cancelado su presentación en el festival Rock in Río por motivos de salud, dejando a sus fanáticos brasileños con expectativas sin cumplir hasta este histórico reencuentro.
Este evento formó parte de una iniciativa de la Alcaldía de Río de Janeiro que busca atraer cada año a un artista de talla mundial para presentarse de forma gratuita en la ciudad, como estrategia para dinamizar el turismo cultural y reforzar la imagen internacional de la capital carioca. La seguridad, sin embargo, se mantiene como prioridad ante la persistencia de amenazas extremistas.