Drástica reducción del flujo migratorio refleja endurecimiento de medidas en EE.UU. y obstáculos en México.

La población migrante en la frontera sur de México ha disminuido hasta en un 90% en los últimos meses, debido a las políticas migratorias impuestas por el expresidente estadounidense Donald Trump, así como a mayores restricciones por parte de las autoridades mexicanas, denunciaron encargados de albergues en la región.
Herbert Bermúdez, administrador del albergue Jesús el Buen Pastor, uno de los más grandes en Tapachula, explicó que anteriormente atendían hasta mil 500 personas, pero ahora reciben apenas ocho migrantes al día, en su mayoría familias con niños. Atribuyó el desplome al fin del sistema CBP ONE, que permitía gestionar citas para ingresar legalmente a EE.UU., y a la nueva política migratoria de Washington, centrada en deportaciones masivas y cierre fronterizo.
Migrantes como Julio César, de El Salvador, y Cinthia Paola, de Honduras, han constatado el éxodo inverso: muchos migrantes optan por regresar voluntariamente ante el temor a ser deportados o por no poder subir sus documentos a la plataforma digital. Algunos se arriesgan rumbo al centro del país, sin garantías ni protección.
Según Denisse Lugardo Escobar, funcionaria municipal, los albergues operan apenas al 30% de su capacidad, lo que contrasta con la histórica saturación que caracterizaba a estos refugios.
El diario The Washington Post advierte que la nueva ofensiva migratoria de Trump contempla un millón de deportaciones este año, lo que duplica el récord impuesto por Barack Obama en 2011.