Veintidós cardenales de doce países latinoamericanos participarán en la elección del próximo Papa, destacando las figuras de Brasil y Argentina por su peso eclesiástico y simbólico.

El cónclave que definirá al próximo líder de la Iglesia Católica contará con una destacada representación latinoamericana: 22 cardenales electores procedentes de 12 países del continente participarán en esta histórica jornada. Brasil y Argentina encabezan la lista con siete y cuatro purpurados respectivamente, reflejando el peso demográfico, doctrinal y político de la región dentro del catolicismo mundial. Esta participación también representa el legado del papa Francisco, quien en sus más de diez años de pontificado promovió una Iglesia “en salida”, con atención especial a las periferias.
Los cardenales latinoamericanos que participarán en el cónclave representan una gama amplia de sensibilidades pastorales y posturas teológicas. Desde figuras progresistas como Víctor Manuel Fernández (Argentina), quien ha impulsado reformas doctrinales desde la Curia, hasta perfiles más conservadores como Francisco Robles Ortega (México), con una visión centrada en la ortodoxia y la cercanía pastoral. Esta pluralidad puede jugar un papel determinante en el debate sobre el futuro del pontificado.
Una constante entre los electores latinoamericanos es el compromiso con los sectores marginados. Cardenales como Álvaro Ramazzini (Guatemala) y Vicente Bokalic (Argentina) destacan por su defensa de los derechos de indígenas y campesinos. Asimismo, figuras como Ángel Rossi (Argentina) y Luis Cabrera (Ecuador) han abierto centros de ayuda y han denunciado injusticias sociales, posicionando a la Iglesia como aliada de los más vulnerables.
Muchos de los cardenales fueron creados por Francisco y comparten su visión de una Iglesia menos clerical, más pastoral y sinodal. Entre ellos, destacan João Braz de Aviz (Brasil), firme impulsor de la renovación en la vida consagrada, y Sérgio da Rocha, también brasileño, con presencia en el influyente Consejo de Cardenales (C9). Sus posturas pueden ser clave para asegurar la continuidad de las reformas iniciadas por Bergoglio.
Los cardenales provienen de contextos marcados por profundas crisis sociales, políticas y de violencia. Desde la represión en Nicaragua, que desafía a figuras como Brenes Solórzano, hasta la polarización política en Brasil, que ha obligado a pastores como Paulo Cezar Costa a promover el diálogo, cada elector llega al cónclave con una vivencia concreta que incidirá en su visión sobre el futuro del papado y del mundo católico.
La numerosa presencia latinoamericana es también un reflejo de la transición geográfica del catolicismo: de un eje históricamente europeo a uno global sur-sur. Con más de 425 millones de católicos en la región, la voz de América Latina no sólo es fuerte en cifras, sino en liderazgo espiritual. La elección de un Papa con sensibilidad hacia sus problemáticas podría consolidar aún más esa transformación histórica en el centro del poder eclesial.