(Larkin M. Medscape Med News, Medscape Rheumatol; abr 21, 2025)

Evidencias emergentes sugieren que la forma de comer y lo que comemos, impactan en la obesidad. El número de masticadas y mordidas, así como la duración de la comida, afectan al sentimiento de hambre y saciedad, lo que pudiera ser responsable de la cantidad de comida que consumimos.
Estudio japonés destaca que lo anterior, puede dar lugar a consumir menos cantidad de comida y prevenir la obesidad. El comer más despacio, tiene efectos positivos en la digestión y en la absorción de nutrientes.
El comer porciones pequeñas con frecuencia, es la major estrategia para prevenir el sobre-alimento y disminuir el importe calórico. Se reconoce adicionalmente que el hacer un solo alimento pudiera modificar la respuesta y mantenimento a mayor tiempo de los niveles de insulina, hormona que se asocia comúnmente a crecimiento tisular.
Vitamina D y enfermedades
(Liu ES et al. JAMA 2025; abr 23)
Hay mucho descrito sobre las bondades de la vitamina D pero la evidencia en la mayoría, es muy débil o de nivel débil y menos frecuentemente moderada.
A pesar de lo anterior, es posible el considerar potenciales ventajas de vitamina D en viejos (menor mortalidad) y embarazo (preclampsia y mejores desenlaces del producto), pre-diabetes (menor progresión a diabetes), enfermedades cardiovasculares, malignidad y alteraciones metabólicas (incluye osteoporosis) y hasta auto-inmunes, tal y como se mostró en metanálisis.
Las dosis son variables desde 600 a 900 UI y más.
Heterogeneidad del veneno de cascabeles
(Hirst SR et al. Evolution 2025; doi.org/10.1093/evolut/qpaf074)
Los cambios medio-ambientales modifican la biodiversidad. Las islas excepcionalmente se modifican y ocurre menos fragmentación de su habitat, lo que mantiene la biodiversidad a través de la historia, con menor impacto antropogénico y de rasgos de evolución.
El veneno de las víboras de cascabel nos habla de fenotipos moleculares con interacciones en dieta con correlación en las complejidades de los venenos, lo que se analizó en varias islas del continente americano que incluyen el área de Baja California.
Los autores encontraron que contrario a lo esperado, la complejidad de los venenos correlacionan negativamente con el número de congéneres y lo aislado del territorio.
Al comparar cuatro especies de cascabeles, se observó la sobreposición en las características de los venenos que son influenciadas por la disponibilidad de la dieta, lo que incluye a roedores, lagartos y pájaros.
Menor depresión, demencia y apoplejía (ictus)
(Agrawal N. New York Times)
Estudio informó 17 factores superpuestos que afectan al riesgo de accidente cerebrovascular (también llamado ictus), demencia y depresión tardía, como lo documenta Sanjula Singh, investigadora principal de los Laboratorios de Atención Cerebral del Hospital General de Massachusetts. Lo anterior es porque aparentemente se comparten daños en pequeños vasos sanguíneos cerebrales.
El 60 % de apoplejías, 40 % de quienes tienen demencia y 35 % con depresión, pueden prevenirse o ralentizarse al controlar los factores de riesgo, tales como diabetes e hipertensión.
El estudio analizó datos de 59 metanálisis, identificó seis factores que reducen el riesgo de padecer enfermedades cerebrales:
- Menor consumo de alcohol
- Participación regular en tareas estimulantes (leer, realizar rompecabezas o crucigramas)
- Dieta rica en verduras, fruta, lácteos, pescado y nueces
- Actividad física moderada o alta
- Sentido de propósito en la vida
- Amplia red social
En contrapartida, 13 características y hábitos de salud pueden aumentar la propensión:
- Hipertensión arterial
- Sobrepeso u obesidad
- Glucemia elevada
- Colesterol total elevado
- Síntomas depresivos
- Dieta rica en carne roja, bebidas azucaradas, dulces y sodio
- Pérdida de audición
- Enfermedad renal
- Dolor que interfiere con las actividades
- Alteraciones del sueño (insomnio o períodos de sueño superiores a ocho horas)
- Tabaquismo
- Soledad o aislamiento
- Estrés
Otro trabajo, publicado en Nature Medicine, aleatorizó 34,000 pacientes en China, los que reducían significativamente su presión arterial tuvieron 15 % menos de probabilidades de desarrollar demencia; la actividad cognitiva se asoció a disminución de riesgo hasta de 40 %.