Los 12 “papables” más fuertes para suceder al Papa Francisco

La próxima elección papal está marcada por una Iglesia dividida entre progresistas y conservadores, pero se espera que el futuro papa sea un moderado que logre unificar a ambas corrientes.

Con el fallecimiento del Papa Francisco, la Iglesia Católica se enfrenta a una división interna, entre progresistas y conservadores, a la hora de elegir a su próximo líder. Aunque se especula sobre los nombres más fuertes para el papado, se espera que el futuro papa sea una figura moderada capaz de encontrar un equilibrio entre estas corrientes.

Entre los principales “papables”, el nombre que más resalta es el de Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano. Con 70 años, Parolin es un diplomático de gran renombre y conocido por su habilidad para negociar, especialmente en temas delicados como las relaciones con China. Su perfil moderado lo posiciona como una opción de consenso que podría atraer tanto a conservadores como a progresistas.

Otro de los nombres que suena con fuerza es Matteo Maria Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal italiana y cercano a Francisco en sus preocupaciones por los más desfavorecidos y los migrantes. Zuppi, de 69 años, es un candidato preferido por los sectores más progresistas de la Iglesia.

Por su parte, Luis Antonio Tagle, cardenal filipino de 67 años, es visto como una figura de transición que representa el futuro de la Iglesia en Asia, un continente clave para el crecimiento del catolicismo. Aunque su postura sobre temas sociales ha sido firme, su enfoque pastoral lo coloca en una posición destacada dentro de las “quinielas”.

Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella (66 años), ha ganado popularidad por su cercanía con los temas migratorios y su dedicación al diálogo interreligioso. Su perfil es comparable al de Francisco, especialmente en su enfoque hacia las periferias sociales.

Otro de los nombres que ha ganado relevancia es el de Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, quien se ha pronunciado recientemente en defensa de los palestinos, pero con un enfoque diplomático que también favorece la relación con Israel. Con 59 años, Pizzaballa es considerado demasiado joven por algunos, pero su visión internacional lo coloca entre los favoritos.

En el ala conservadora, Péter Erdö, arzobispo de Budapest (72 años), es uno de los nombres más fuertes. Conocido por su firme postura sobre temas doctrinales como el celibato y su oposición a las uniones homosexuales, Erdö representa los valores tradicionales de la Iglesia en Europa, aunque su relación con el gobierno antinmigración de Viktor Orban podría generar controversia.

También destaca el nombre de Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo (77 años), quien tiene una larga trayectoria en la Curia y una fuerte conexión con el pontificado de Benedicto XVI. Ranjith es considerado una opción desde el sur del mundo, especialmente por su firme postura contra el aborto y su defensa de la liturgia tradicional.

Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa (65 años), es otra figura que podría sorprender como el primer papa africano. Su liderazgo en la Iglesia en África y su posición contraria a las bendiciones a uniones homosexuales le han ganado seguidores entre los sectores conservadores.

Por último, algunos nombres adicionales que suenan entre los papables son el de Robert Francis Prevost, prefecto del dicasterio para los obispos (69 años), y Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, quien ya fue considerado en el cónclave anterior.

Mientras tanto, otros nombres como Ángel Fernández Artime y Juan José Omella también se mencionan, aunque ambos han descartado la idea de ser papables.

Con una lista de nombres tan diversa, la Iglesia Católica se enfrenta a un momento de transición crucial, en el que la elección del sucesor de Francisco podría marcar el rumbo de la Iglesia en los próximos años.

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