El presidente argentino critica duramente a comunicadores que reportaron que no alcanzó a despedirse del papa francisco.

Desde Roma, el presidente de Argentina, Javier Milei, arremetió contra periodistas que informaron sobre su presunto retraso para despedirse del papa Francisco antes del cierre de su féretro. En entrevista con Radio Mitre, Milei calificó de “cerdos” a los comunicadores que, según él, difundieron información falsa sobre su arribo a la capital italiana.
El mandatario aclaró que su invitación oficial por parte del Vaticano era únicamente para asistir a la misa del velorio programada para las 10:00 horas de Roma, equivalente a las 5:00 de Buenos Aires, y no para participar en actos previos al cierre del féretro. Aseguró que su agenda fue organizada conforme a las instrucciones recibidas.
Milei mencionó específicamente a los periodistas Diego Brancatelli y Paulino Rodríguez, a quienes acusó de mentir y de formar parte de un grupo que “deforma la realidad de manera grosera”. Consideró sus comentarios como una muestra de mal gusto y una falta de respeto hacia el pueblo argentino y el legado del pontífice.
El presidente afirmó que suspendió actividades oficiales para viajar a Roma en el momento indicado por el Vaticano y denunció que las críticas forman parte de un intento sistemático de desinformar a la ciudadanía. Exigió que los comunicadores pidieran disculpas públicas por lo que consideró una «mentira descarada».
Milei viajó a Roma acompañado por varios ministros, incluida su hermana Karina Milei, secretaria general de la Presidencia. La comitiva, tras su arribo, se dirigió directamente a su hotel, hecho que fue destacado y criticado por medios de comunicación en Argentina.
La controversia surgió debido a que poco después de su llegada se cerró el féretro del papa Francisco, y el último mandatario latinoamericano en despedirse fue el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien ya se encontraba en el Vaticano.
Mientras tanto, la ceremonia fúnebre del papa Francisco se convirtió en un evento histórico que reunió a líderes mundiales y congregó a miles de fieles en un emotivo adiós en la Basílica de San Pedro, en medio de muestras de respeto y unidad internacional.