Rosa Icela Rodríguez encabezó la representación mexicana en el Vaticano, resaltando la coincidencia de México con la visión del pontífice en favor de los más vulnerables.
La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, despidió este sábado al Papa Francisco en el Vaticano, asegurando que México comparte profundamente su visión humanista, enfocada en la prioridad a los más pobres, los migrantes y la construcción de la paz. La funcionaria expresó que Francisco deja un legado invaluable que seguirá vigente en el corazón de los mexicanos.
Rodríguez estuvo acompañada por el embajador de México ante la Santa Sede, Alberto Barranco, y Clara Luz Flores, titular de la Unidad de Asuntos Religiosos de la Segob, quienes lamentaron la partida del pontífice y enviaron condolencias a la comunidad católica mundial. La representación mexicana destacó el dolor y respeto que genera la muerte de un líder espiritual como Francisco.
En su mensaje, Rosa Icela Rodríguez subrayó que Francisco fue un papa reformista y progresista, cuya labor pastoral y social dejó una profunda huella en el mundo. En particular, resaltó la atención que brindó a los sectores más vulnerables y la defensa de la dignidad humana en todos los niveles.
La secretaria de Gobernación mencionó que México, un país mayoritariamente católico, recordará siempre al Papa Francisco como un gran amigo, una figura cercana que supo conectar con los pueblos y promover causas justas en favor de los marginados.
Rodríguez reiteró que los principios impulsados por Francisco, como la protección del medio ambiente, la defensa de los pueblos originarios y el apoyo a mujeres, jóvenes y adultos mayores, seguirán inspirando políticas públicas en México.
Durante la ceremonia de despedida en el Vaticano, la delegación mexicana expresó su gratitud al pontífice por su compromiso con la paz mundial y su respaldo en temas sensibles como la migración, que tanto impactan a América Latina.
Finalmente, Rosa Icela Rodríguez concluyó su participación afirmando que el legado del Papa Francisco trasciende fronteras y generaciones, y que México continuará honrando sus enseñanzas en su quehacer social y humanitario.
