Por: El Diablo Cojuelo

FALLECIMIENTO– El Papa Francisco falleció a los 88 años, dejando una estela de reflexión sobre su legado como el primer pontífice latinoamericano. En San Luis Potosí, la Catedral repicó sus campanas en señal de duelo, y el arzobispo Jorge Alberto Cavazos destacó su papel como constructor de puentes y voz de esperanza para los excluidos. Con 47 viajes apostólicos y documentos fundamentales como Laudato Si o Fratelli Tutti, el Papa Francisco deja huella en la historia moderna de la Iglesia.
REACCIONES– La noticia del fallecimiento del Papa Francisco, anunciada la noche del 21 de abril de 2025, sacudió al mundo católico y a la comunidad internacional. Jorge Mario Bergoglio, el primer pontífice latinoamericano, deja un legado complejo: cercano a los pobres, progresista en sus discursos, pero también blanco de resistencias internas. Su muerte ocurre en un momento de crisis global, donde la fe y las instituciones religiosas enfrentan una fuerte erosión de credibilidad. En su testamento, el Papa pidió reposar en la Basílica de Santa María la Mayor, con una tumba sencilla, alejada del boato papal. El gesto final de humildad contrasta con la pompa que ya rodea el proceso sucesorio. En las calles de Roma y en redes sociales, creyentes y críticos se enfrentan a una pregunta clave: ¿qué viene ahora? La muerte de Francisco no sólo abre un nuevo cónclave, sino también un debate profundo sobre el futuro de la Iglesia.
SUCESIÓN– La maquinaria vaticana ya se mueve para iniciar el cónclave que elegirá al nuevo Papa. Sin embargo, el escenario es más tenso que en 2013. Francisco había roto esquemas, incomodado al ala conservadora y abiertos puentes hacia comunidades históricamente excluidas. Su sucesor deberá enfrentar esa división interna entre progresistas y tradicionalistas que pugnan por el rumbo doctrinal. Además, la elección papal se da en un contexto mundial marcado por guerras, migraciones masivas, crisis climática y retrocesos democráticos. En este entorno, el liderazgo del Vaticano aún conserva peso geopolítico. Muchos se preguntan si el próximo Papa consolidará la apertura iniciada por Francisco o dará marcha atrás en temas como el papel de la mujer en la Iglesia, el celibato sacerdotal o el trato hacia personas LGBT+. La sucesión no es sólo un acto litúrgico: es un pulso por el poder espiritual y político de más de mil millones de católicos.
TESTAMENTO– El testamento publicado tras su muerte revela el profundo simbolismo de Francisco. Más allá de su decisión sobre el lugar de sepultura, dejó un mensaje espiritual claro: ofreció sus últimos sufrimientos por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos. No pidió honores ni mausoleos, sino un entierro en tierra con la única inscripción “Franciscus”. En tiempos donde muchos líderes religiosos viven en el privilegio y la opulencia, su voluntad final resalta como un testimonio ético. Sin embargo, la distancia entre el mensaje y la realidad es evidente. Mientras su cuerpo era velado, algunas voces eclesiásticas ya presionaban para restaurar una imagen más conservadora de la Iglesia. La ciudadanía católica y no católica debe preguntarse si ese legado de sencillez será respetado o si la estructura clerical, históricamente impermeable a cambios reales, lo archivará como un gesto piadoso más. Francisco dejó una señal, pero el camino está por decidirse.
DOLOR– En América Latina, la muerte del Papa argentino tuvo un eco especial. Fue visto como “uno de los nuestros” en una institución históricamente eurocéntrica. Para millones de fieles, representó un rostro cercano, con un discurso pastoral que hablaba de justicia, migrantes, ecología y periferias. Sin embargo, también generó decepciones: casos de encubrimiento de abusos sexuales, escasa acción efectiva contra estructuras corruptas dentro de la curia, y un lento avance en reformas urgentes. Su muerte reactiva el debate sobre qué Iglesia quieren los pueblos latinoamericanos. ¿Una que acompañe sus luchas o una que permanezca como juez moral lejano? La reacción popular es ambivalente: se llora al hombre, pero se critica a la institución. En barrios, parroquias y comunidades, el duelo es también una oportunidad de reflexión. ¿Puede la Iglesia sobrevivir sin un Papa “del pueblo”? ¿Se consolidará su línea o vendrá un retroceso doctrinal? El pueblo católico observa, pero también exige.
GEOPOLÍTICA– El vacío dejado por Francisco también tiene implicaciones internacionales. Su papel como mediador en conflictos como Venezuela, Ucrania o Gaza lo convirtió en una figura de equilibrio entre potencias. Su discurso ecológico, plasmado en la encíclica Laudato Si’, inspiró políticas verdes más allá del ámbito religioso. Hoy, ante un mundo cada vez más fragmentado, la elección de su sucesor será seguida con atención por gobiernos, organismos multilaterales y movimientos sociales. El Vaticano, aunque pequeño en territorio, sigue siendo un actor diplomático poderoso. Si el nuevo Papa elige una línea de silencio frente a las injusticias globales, se perderá una voz moral crucial. Por el contrario, si mantiene o radicaliza el enfoque humanista de Francisco, puede consolidarse como contrapeso ético en tiempos de autoritarismo. En cualquier caso, el papel de los fieles y de la ciudadanía global será clave para exigir que el nuevo pontífice no cierre los ojos ante el mundo real.
HOMENAJE– San Luis Potosí vivió un momento solemne de identidad y memoria con el homenaje al maestro José Miramontes Zapata, pianista, director y fundador de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí (OSSLP), celebrado en el Teatro de la Paz. Su legado trasciende partituras; representa el corazón de una generación que luchó por llevar la música clásica al alcance del pueblo. Ante autoridades, músicos, alumnos y ciudadanos, se reconoció su compromiso con la excelencia artística y su papel en el renacimiento cultural del estado. El acto no fue sólo conmemorativo, sino una afirmación del valor de nuestras raíces. Miramontes Zapata no solo dirigió orquestas; armonizó conciencias y educó sensibilidades desde el arte y la pasión por su tierra. La velada se convirtió en un símbolo de gratitud colectiva y en una evocación viva de su entrega absoluta al arte, a la cultura potosina y al servicio de una sociedad más sensible y humanista.
OMISIÓN-Mientras el Congreso local prolonga sus vacaciones, los problemas urgentes del estado se acumulan. Con una carga legislativa pendiente y diputados ausentes, los ciudadanos observan con indignación el letargo institucional. Esta desconexión se refleja en la falta de acción frente a crisis como la sequía o el descontrol en seguridad. La ironía se agudiza cuando se les recuerda, con humor amargo y citando a Serrat, que los representantes populares «han pasao’ de mí». No hay rendición de cuentas, solo el eco de un sistema público que prioriza el descanso sobre el compromiso. En el interín, la sociedad civil y los medios independientes se convierten en los verdaderos vigilantes del deber.
VIOLENCIA– La violencia familiar sigue siendo un flagelo que crece sin freno en San Luis Potosí. El Poder Judicial reconoce que estos casos requieren decisiones complejas, especialmente para proteger a los menores. Sin embargo, la impunidad y la revictimización siguen siendo comunes. A ello se suman asaltos, robos y una ola de motociclistas sin control que domina las calles de la capital. Mientras tanto, la Policía Municipal permanece ausente de las colonias más vulnerables, centrando su presencia solo en el centro histórico. Esta disparidad genera un clima de abandono, donde la inseguridad se convierte en parte del paisaje cotidiano de miles de potosinos.
SALUD– La salud pública también se ve comprometida. Las autoridades recomiendan precauciones ante el calor y enfermedades gastrointestinales, pero omiten estrategias reales de prevención. La deshidratación, infecciones y golpe de calor se presentan con mayor frecuencia en zonas sin acceso a servicios básicos. Además, la sequía se intensifica: 46 municipios presentan condiciones anormalmente secas o con sequía moderada. Las campañas de concientización resultan ineficaces ante la falta de inversión en infraestructura hídrica. Mientras la tierra se agrieta y los campos se secan, el discurso oficial se limita a boletines, sin soluciones a corto o mediano plazo.