Seis hombres han sido reportados como desaparecidos en lo que va de abril; familiares denuncian inacción de autoridades.

En el transcurso de abril, seis hombres han desaparecido en Mazatlán, Sinaloa, todos ellos turistas que visitaban el puerto durante las vacaciones de Semana Santa. La situación ha encendido las alarmas entre ciudadanos y familiares, quienes han comenzado a denunciar públicamente la falta de respuestas por parte de las autoridades.
El caso más reciente ocurrió el pasado 19 de abril, cuando Erick Mijali Carrillo Villegas, de 22 años, fue presuntamente “levantado” por hombres armados mientras circulaba en un automóvil Mustang negro sobre la Avenida Paseo Atlántico, en compañía de Efraín Ramírez Ruiz y Alfonso Arredondo Zazueta. Los tres jóvenes fueron llevados por la fuerza y hasta ahora no se tiene información sobre su paradero.
Erick Mijali, originario de Culiacán, había viajado a Mazatlán para disfrutar del fin de semana largo. Su desaparición fue confirmada por su tío, el periodista Paúl Villegas, quien ha utilizado las redes sociales para visibilizar el caso y pedir ayuda a la ciudadanía y a las autoridades para localizarlo.
Estos casos se suman a los de Santiago y Carlos Enrique Sánchez Rodríguez, así como José Isaías García Rosey, tres turistas originarios de Querétaro desaparecidos el 7 de abril. Los jóvenes habían llegado a Mazatlán el día 3 para pasar unos días en la playa y desaparecieron al regresar a su ciudad por una desviación en el municipio de Concordia.
Las familias de los queretanos también han denunciado la falta de avances en la investigación. A más de diez días de su desaparición, no se ha encontrado ni a los jóvenes ni al vehículo en el que viajaban. Pese a la denuncia formal, acusan que no se han implementado operativos efectivos de búsqueda.
Organizaciones civiles han comenzado a documentar estos casos y advierten que Mazatlán podría estar convirtiéndose en un nuevo foco rojo para la desaparición de personas, especialmente turistas que llegan a la zona durante periodos vacacionales.
Por su parte, las autoridades locales han emitido escuetos comunicados, señalando que se investigan los hechos, pero sin dar mayor información sobre las líneas de investigación, hipótesis o resultados preliminares. La presión social y mediática aumenta, mientras las familias exigen respuestas urgentes.
Con estos seis casos recientes, la inseguridad en zonas turísticas de Sinaloa vuelve a estar en el centro del debate nacional, en medio de una Semana Santa que, lejos de traer descanso, ha dejado un rastro de angustia, incertidumbre y ausencia para varias familias mexicanas.