Real de Catorce celebra la Quema de Judas con tradición y fervor

Habitantes y turistas se reunieron para presenciar este ritual simbólico que promueve la purificación y la esperanza en Semana Santa.

La tarde del domingo, el Pueblo Mágico de Real de Catorce fue testigo de una de sus tradiciones más emblemáticas: la Quema de Judas, una celebración que mezcla simbolismo religioso, arte popular y participación comunitaria. El evento fue organizado por el taller del Centro Cultural del municipio, que elaboró figuras de cartón y papel que representaban los siete pecados capitales.

El desfile comenzó a las 14:00 horas desde la explanada del túnel Ogarrio —recientemente restaurada por el Gobierno del Estado de San Luis Potosí— y concluyó en el Centro Cultural, donde se llevó a cabo la quema de los judas. Cientos de personas, entre habitantes y turistas, se dieron cita en las calles empedradas del pueblo para ser parte de esta manifestación de fe y cultura.

Las coloridas figuras, elaboradas por manos locales, recorrieron las calles al ritmo de la Banda Los Camaleones, en un ambiente de júbilo, música y comunidad. La tradición no solo rememora la traición de Judas Iscariote, sino que celebra la resurrección de Jesucristo, cerrando así el ciclo del dolor y dando paso a la esperanza.

Este ritual tiene un fuerte componente simbólico, ya que mediante el fuego se busca purificar lo negativo, quemar lo corrupto y dar paso a un nuevo inicio. La comunidad lo asume como un acto colectivo de renovación espiritual, donde el arte popular se convierte en vehículo de reflexión y celebración.

La Secretaría de Cultura del Estado y el Ayuntamiento de Real de Catorce coincidieron en señalar la importancia de mantener vivas estas expresiones culturales, ya que son parte esencial de la identidad de la región. La Quema de Judas es también una atracción para el turismo, generando derrama económica y posicionando a Real de Catorce como un referente cultural en Semana Santa.

Visitantes nacionales y extranjeros expresaron su admiración por la organización, la calidad artística de las figuras y el valor espiritual del evento. Algunos señalaron que fue su primera vez presenciando la Quema de Judas y destacaron la autenticidad y energía del ritual.

Con este tipo de actividades, Real de Catorce no solo preserva su legado, sino que se proyecta como un destino vivo, lleno de tradición y cultura, en donde el pasado y el presente dialogan a través del fuego, la música y la devoción.

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