En Huehuetlán, cinco policías “valientes” detienen a un temible vendedor de nieve por estar… en la vía pública

En un hecho que raya en el absurdo, policías municipales de Huehuetlán desplegaron lo que parece ser un operativo especial de alto riesgo para detener a un peligrosísimo sujeto armado con un carrito con botes de nieve y una sombrilla, por el «delito» de encontrarse en la vía pública sin el permiso correspondiente.
El insólito suceso tuvo lugar recientemente, cuando al menos cinco agentes uniformados rodearon y arrestaron a un vendedor ambulante, quien, de forma pacífica, ofrecía sus productos sin obstruir el paso ni representar peligro alguno para la ciudadanía. Según testigos, el hombre intentó explicar que no causaba molestia ni afectaba a nadie, pero los oficiales —más preocupados por aplicar su interpretación del reglamento que por la proporcionalidad— lo subieron por la fuerza a la patrulla y lo llevaron a la Barandilla Municipal.

Pero la escena no terminó ahí: en un acto digno de una película de censura autoritaria, los policías también exigieron a los acompañantes del detenido que dejaran de grabar lo que ocurría, argumentando que ellos «no lo permitían», como si los teléfonos celulares atentaran contra su autoridad.
Lo que debería ser un llamado a revisar criterios de actuación, terminó en una muestra más de cómo en algunos municipios el sentido común se ahoga en el formalismo absurdo, donde es más fácil detener a quien busca ganarse la vida honestamente que a quienes realmente representan una amenaza para la seguridad pública.
En redes sociales, los ciudadanos han expresado su indignación por lo ocurrido, calificando la detención como excesiva, humillante y vergonzosa. La pregunta queda en el aire: ¿de verdad cinco policías eran necesarios para detener a un vendedor de nieve? ¿O es que en Huehuetlán el crimen organizado ha sido vencido y ya sólo quedan los heladeros por combatir?
Una vergonzosa postal de cómo el poder mal ejercido y el criterio nulo pueden convertir la aplicación de la ley en un auténtico despropósito.