Esta sencilla acción al final de cada operación podría evitar accesos no autorizados a tus cuentas.
Aunque retirar dinero de un cajero automático es parte de la rutina de millones de personas, pocos saben que un simple gesto puede protegerte del fraude: pulsar el botón de ‘cancelar’ al terminar la operación.
Este paso, aparentemente innecesario, cierra de inmediato la sesión temporal que algunos cajeros mantienen activa por unos segundos, incluso después de retirar el efectivo. Durante ese corto lapso, alguien más podría consultar tu saldo o, en el peor de los casos, intentar una nueva transacción.
Expertos en seguridad bancaria recomiendan también cubrir el teclado al introducir tu NIP, no dejar recibos abandonados, y siempre revisar si el cajero presenta anomalías físicas, como lectores sobrepuestos o cámaras ocultas.
Entre los fraudes más comunes están la clonación de tarjetas, trampas en el dispensador de efectivo, e incluso la ingeniería social, en donde delincuentes simulan pedir ayuda para distraerte.
Consejo clave; usa cajeros en lugares iluminados, dentro de establecimientos o sucursales. Y si notas comportamientos extraños en el cajero o en personas cercanas, cancela la operación y retírate de inmediato.
