Por: El Diablo Cojuelo

PROPAGANDA-La elección extraordinaria del Poder Judicial en San Luis Potosí comenzó a mostrar signos preocupantes de partidización, con bardas pintadas con los colores de Morena en pleno Centro Histórico. Aunque los mensajes no mencionan nombres ni cargos específicos, el uso de colores guinda –íntimamente ligados al partido en el poder– contraviene el espíritu ciudadano y apartidista que se supone debe regir este proceso. La legislación prohíbe expresamente cualquier vínculo partidista en estas elecciones, por lo que estos actos podrían ser constitutivos de propaganda anticipada y uso indebido de símbolos asociados a partidos políticos, algo que debe ser sancionado por el Ceepac y el INE.
DEBATES-El Ceepac ha emitido lineamientos para foros de debate entre aspirantes judiciales. Aunque la propuesta suena bien, la ejecución es otro cantar. ¿Realmente la ciudadanía está informada de estos eventos? ¿Tienen acceso equitativo a escuchar todas las propuestas? La judicialización electoral es un experimento nuevo y complejo, y sin pedagogía ciudadana, el proceso se vuelve decorativo. La participación de medios, colectivos y universidades podría ser valiosa si se garantiza imparcialidad y cobertura suficiente, pero en un contexto de desinformación, esos foros corren el riesgo de pasar desapercibidos. Se necesita más que legalidad formal: se requiere una estrategia de comunicación intensa, con mensajes claros, traducción a lenguaje ciudadano y formatos accesibles. Los debates deben trascender los salones cerrados y llegar a los mercados, a las plazas, a los barrios. Si el objetivo es una justicia más cercana, el primer paso es hablarle a la gente con claridad.
ABUSIVOS– Durante los días santos, los servicios de transporte, tanto plataformas digitales como taxistas tradicionales, decidieron hacer su «aguinaldo». Usuarios reportaron tarifas que alcanzaron los 250 pesos por trayecto en aplicaciones móviles y de 100 a 150 pesos en taxis comunes. Estos cobros desmedidos reflejan no sólo la falta de regulación efectiva en el sector, sino también un aprovechamiento descarado de la necesidad ciudadana en días de alta demanda. Las autoridades municipales y estatales brillaron por su ausencia, sin emitir advertencias ni imponer sanciones. ¿Dónde quedaron los operativos de movilidad? ¿Dónde la protección al usuario? El abuso de tarifas en días festivos se ha vuelto costumbre, y ante la complicidad institucional, la ciudadanía paga el precio de la indiferencia gubernamental. El transporte, un derecho básico de movilidad, se convierte en lujo por falta de vigilancia. Lo que debería ser servicio público se transforma en botín temporal de unos cuantos.
ESCASEZ- Mientras se implementan campañas contra el desperdicio de agua, más de 50 colonias en la capital potosina siguen sin acceso regular al vital líquido. La Guardia Municipal montó un operativo «concientizador», que aunque bien intencionado, termina siendo un acto más de simulación si no se acompaña de acciones reales para garantizar el abasto. Las fallas constantes en el sistema de El Realito —una obra fallida por excelencia— han dejado sin agua a miles de familias. Mientras los ciudadanos reciben multas por regar plantas, las fugas de agua potable en la vía pública permanecen sin atender durante semanas. ¿Qué sentido tiene pedir ahorro a quien no recibe una gota? Esta dualidad entre la responsabilidad ciudadana y la negligencia institucional deja claro que el problema no es solo técnico, sino político. San Luis Potosí necesita infraestructura real, no sólo operativos con lonas y patrullas recorriendo calles.
BROTE– La tosferina se dispara en San Luis Potosí y la Secretaría de Salud apenas reacciona. Hasta marzo de 2025 se han registrado 288 casos, incluyendo una víctima mortal, y la respuesta ha sido una tibia invitación a vacunarse. ¿Dónde quedaron las campañas intensivas? ¿Dónde las brigadas en campo? El rezago en prevención es evidente, más aún cuando hablamos de una enfermedad que se puede evitar con esquemas de inmunización completos. El repunte coincide con periodos vacacionales, donde el contacto masivo incrementa el riesgo de contagio, y sin embargo, no se han establecido filtros sanitarios ni protocolos visibles. Las consecuencias del abandono en salud pública comienzan a reflejarse en las cifras. Hoy es tosferina, mañana podría ser sarampión u otra enfermedad erradicada. La falta de inversión y planeación en vacunación no sólo expone a menores de edad, sino que refleja un sistema que funciona con alarmas, no con prevención.
TURISMO– El Parque Recreativo Gogorrón fue escenario de desilusión para turistas en plena Semana Santa. La alberca del hotel, uno de sus principales atractivos, permaneció vacía debido a una falla en el sistema de abastecimiento, sin que los encargados pudieran ofrecer soluciones ni fechas claras de reparación. Lo que debió ser un escape de descanso se convirtió en frustración para muchas familias. Estos descuidos no solo afectan al visitante, sino que dañan la reputación del destino turístico y con ello, la derrama económica que tanto presume el gobierno. San Luis Potosí no puede aspirar a competir con otros estados en turismo si no garantiza lo básico: agua, limpieza, atención al cliente y mantenimiento. La falta de supervisión y los problemas de infraestructura muestran que hay más interés en campañas publicitarias que en ofrecer un servicio digno. La experiencia turística comienza por lo elemental, y ahí estamos reprobando.
VANDALISMO– La Plaza de la Democracia, punto simbólico del Centro Histórico, ha permanecido sin iluminación adecuada por más de 20 días debido al robo de cableado y fotoceldas. Este tipo de vandalismo, más allá del daño material, genera inseguridad y afecta la percepción ciudadana sobre la capacidad de control de las autoridades. ¿Cómo puede hablarse de un Centro Seguro si una de sus plazas más importantes está en penumbra? Las fallas en la vigilancia urbana no sólo afectan al turismo, sino que fomentan el miedo y la exclusión del espacio público. El deterioro del centro es visible, y si a eso sumamos la lentitud de respuesta institucional, el resultado es el abandono. Se necesitan sistemas de monitoreo más eficientes, respuesta inmediata y sobre todo, sanciones que se cumplan. La seguridad no se construye con discursos, sino con mantenimiento, presencia activa y compromiso real con el espacio público.
BINACIONALIDAD– San Luis Potosí vive una transformación cultural con el aumento de parejas binacionales. La migración, combinada con el auge de redes sociales, ha facilitado la formación de relaciones entre potosinos y personas de otros continentes. Sin embargo, estos lazos también traen desafíos: abandonos, diferencias legales, choques culturales, barreras idiomáticas. Las madres solteras que quedan tras estas rupturas enfrentan un sistema que no siempre ofrece orientación ni respaldo jurídico. ¿Cómo se resuelve una custodia cuando el padre está en otro país? ¿Qué protección tiene una mujer abandonada con hijos sin registro binacional? Las autoridades deben adaptarse a esta nueva realidad social con campañas de información, orientación legal y traducción de servicios. Las uniones multiculturales no son una moda, son parte del nuevo rostro del estado. Pero sin políticas públicas incluyentes, muchas de estas historias terminan en abandono y desamparo.
INACCIÓN– Todos los problemas aquí expuestos tienen un denominador común: la inacción institucional. Desde las tarifas abusivas del transporte, pasando por la falta de agua, el repunte de enfermedades, el deterioro turístico y urbano, hasta las nuevas realidades sociales sin atender, el Estado parece actuar solo a medias o cuando ya es demasiado tarde. La reactividad supera a la prevención, y el discurso sustituye a la acción. Los operativos de concientización, las convocatorias a foros o las promesas de solución son solo paliativos mientras no se cambie el modelo de gestión. San Luis Potosí necesita gobernanza real, sensible, planificada y con enfoque ciudadano. No basta con aparentar. La ciudadanía observa, compara, evalúa. Y si las autoridades no ajustan el rumbo, la distancia entre gobierno y sociedad será cada vez más profunda. Ya no alcanza con declaraciones: se exige acción, compromiso y resultados palpables.