Descubren galaxia muy similar a la Vía Láctea formada poco después del Big Bang.

En un hallazgo que ha estremecido a la comunidad científica internacional, astrónomos de la Universidad de Ginebra (Unige) confirmaron la existencia de una galaxia en espiral sorprendentemente evolucionada, formada apenas mil millones de años después del Big Bang. Nombrada “Zhulong”, en honor al mítico Dragón Antorcha de la mitología china, esta galaxia desafía la comprensión actual sobre cómo y cuándo emergen las estructuras complejas en el universo.
El descubrimiento, liderado por la investigadora Xiao Mengyuan, ha sido publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, donde se detalla que Zhulong posee una estructura que rivaliza en orden y belleza con nuestra propia Vía Láctea: un núcleo central bien definido, brazos espirales simétricos y un disco activo de formación estelar. Esto contradice teorías previas que sostenían que las galaxias tempranas eran pequeñas, caóticas e irregulares.
La luz que llega de Zhulong a la Tierra viajó durante más de 12 mil millones de años antes de ser captada por el telescopio espacial James Webb, lo que significa que estamos viendo a esta galaxia tal como era cuando el universo tenía apenas el 7% de su edad actual. “Es como descubrir una catedral gótica completamente formada en medio de una aldea neolítica”, comentó con asombro Pascal Oesch, astrónomo de Unige y miembro del programa Panoramic.
Con un disco galáctico que abarca 60 mil años luz de diámetro y una masa estelar equivalente a 100 mil millones de soles, Zhulong se posiciona como la galaxia espiral más lejana y madura detectada hasta la fecha. La precisión del telescopio Webb ha sido clave para captar la firma infrarroja de sus estrellas, permitiendo a los científicos reconstruir su morfología con asombrosa claridad.
Mengyuan, quien propuso el nombre inspirado en el dragón legendario que abría y cerraba los ojos para dar origen al día y la noche, explicó que la galaxia parece haber seguido un camino evolutivo acelerado. “Zhulong nos obliga a repensar la línea de tiempo cósmica. Si una estructura así pudo formarse tan pronto, ¿cuántas más podrían haber estado ocultas a nuestra vista?”, cuestionó.
La comunidad astronómica ha recibido el hallazgo con entusiasmo y cautela. Aunque algunas simulaciones recientes ya sugerían que las galaxias podrían estabilizarse más rápido de lo pensado, Zhulong constituye la primera evidencia clara y directa de esta posibilidad. “Nos toca ahora ajustar nuestros modelos del universo primitivo”, señaló la astrofísica española Inés Cárdenas, del Instituto de Astrofísica de Canarias.
Además del valor científico, el hallazgo ha desatado fascinación cultural. El mito de Zhulong ha sido evocado en redes sociales y espacios académicos como símbolo del puente entre ciencia y espiritualidad. “Es hermoso que una criatura mítica sirva de metáfora para un fenómeno tan real y tangible”, reflexionó un comentarista de la revista Sky & Telescope.
Desde una perspectiva tecnológica, este logro representa un nuevo triunfo del telescopio James Webb, que continúa entregando datos que superan las expectativas de su diseño. Gracias a él, programas como Panoramic están cartografiando el universo temprano con una profundidad sin precedentes.
Mientras tanto, la comunidad científica ya está planificando nuevas observaciones. Se busca confirmar si Zhulong es una excepción o parte de una población oculta de galaxias avanzadas. De ser así, habría que reescribir buena parte de la historia cósmica tal como la conocemos.
Lo que es claro es que, desde hoy, el firmamento ya no es el mismo. En los confines del tiempo, donde antes solo veíamos sombras, ha aparecido la forma luminosa y espiralada de un dragón dormido. Su despertar nos recuerda que, incluso en la oscuridad primordial, ya había belleza esperando ser descubierta.