
En su máxima expresión religiosa, Iztapalapa revive la tradición: en su momento más vulnerable y poderoso, Jesús murió crucificado, cuando unas nubes cubrieron el sol en el Cerro de la Estrella, transformado en el Gólgota.
La 182 representación de la Pasión de Cristo tuvo una gran acogida por los 2 millones de visitantes y la comunidad de la demarcación en la representación del Viernes Santo, cuando en su momento más vulnerable Jesús murió crucificado.
Jesús fue crucificado junto con dos ladrones, uno conocido como el “Buen Ladrón” o Dimas, quien se arrepintió y le pidió a Jesús que lo recordara cuando entrara en su reino.
El otro conocido como el “Mal Ladrón” o Gestas, quien se burló de Jesús, quien en su momento más vulnerable y poderoso murió crucificado.
Ante 2 millones de visitantes
Ante 2 millones de personas, cientos de cruces de madera recorrieron las calles y multitudes formaron parte de esta tradición, que cada año y en su momento reafirma la identidad de la alcaldía Iztapalapa.
Los asistentes se cubrían del sol con gorras, sombreros y lentes para contemplar con respeto la representación de la Pasión de Cristo, que contó con la participación de Julio Olivares Martínez, quien representó a Jesús de Nazaret, en su momento más importante.
Asistentes de todas las edades aguardaron varias horas en la Macroplaza Cuitláhuac de la alcaldía Iztapalapa, la más poblada del país, la llegada del Mesías.
Sentencian a Jesús a morir crucificado
En un juicio, la enardecida muchedumbre decidió dejar libre al ladrón Barrabás y que Jesús fuera sentenciado a morir crucificado, ante lo cual Poncio Pilato se lava las manos.
El Mesías de Iztapalapa frente a cientos de miles de espectadores y fieles, dispuesto a cumplir con fidelidad los rituales.
Las emociones cambiaron drásticamente cuando Jesús, representado por Julio Olivares Martínez, inició su recorrido hacia el Cerro de la Estrella, transformado en el Gólgota, donde más vulnerable y poderoso Jesús murió crucificado.
De esa forma inició el viacrucis, que implicó las tres caídas y la crucifixión en el Cerro de la Estrella y el arrepentimiento de Judas por la venta de Jesús.
¡Traicionero! Le gritan a Judas
Algunos niños le gritaron: “¡traicionero!” y “¡miserable!” a Judas Iscariote, interpretado por Israel Domingo Flores, cuando el apóstol lanzó al público monedas de oro de chocolate.
Con ese gesto, el apóstol buscaba el perdón por la traición cometida contra el hijo de Dios.
Judas Iscariote se quitó la vida, tras traicionar a Jesús, se arrepintió y, desesperado, se ahorcó, según el relato de su suicidio que se encuentra en el Evangelio de Mateo.
El Viacrucis desde azoteas y balcones
Familias enteras apreciaron el Viacrucis desde sus azoteas y balcones, mientras otros abrieron sus ventanas para formar parte de la celebración religiosa en su momento más vulnerable y poderoso de Jesús.
Algunas de las vialidades evocaron aquellos tiempos bíblicos gracias a los disfraces de romanos, nazarenos, hebreos, pastores, entre otros personajes, además de que se podía apreciar un aroma a establo.
Para cuidar la seguridad, los miles de asistentes se desplegaron elementos de las Secretarías de Seguridad Ciudadana, quienes reportaron saldo blanco.
Julio Olivares cumple su cometido
Julio Olivares Martínez, en su interpretación de Jesús, logró llegar al Cerro de la Estrella y escenificó cada uno de los pasajes bíblicos, que inició con un recorrido por los ocho barrios de la alcaldía Iztapalapa.
Esa fue la promesa que le hicieron los habitantes de la demarcación al Señor de la Cuevita desde 1833, para que pusiera fin a la mortífera epidemia del cólera que azotó a la Cuenca de México.
Julio Olivera Martínez, el joven de 27 años y estudiante de Economía del Instituto Politécnico Nacional (IPN), sufrió el maltrato físico y psicológico por el que pasó Jesús de Nazareno.
Escenarios naturales en las calles
Las calles de Iztapalapa en la Semana Santa traen consigo una singular metamorfosis.
Las casas, antes simples moradas, se transformaron en escenarios vivientes, decoradas con esmero y devoción por sus habitantes.
Cada detalle cuenta una historia de fervor, misticismo o tradición arraigada en el corazón de esta comunidad.
Nazarenos cumplen penitencia
Antes de llegar al Cerro de la Estrella, la jornada del Viernes Santo inició con un grupo de nazarenos, entre hombres y niños, que realizó un recorrido de siete kilómetros.
Caminaron por las calles empedradas de los barrios de San Lucas, San Pablo, San Pedro, San José, Asunción, Santa Bárbara, San Ignacio y San Miguel.
Los nazarenos descalzos y vestidos con túnicas moradas y blancas, que cargaban cruces de distintos pesos, los espectadores los observaban con respeto y admiración.
Alentaron a nazarenos
Los visitantes que acudieron a presenciar la representación de la Pasión alentaron a los nazarenos con frases de ánimo y los vecinos les ofrecían agua y naranjas.
Los nazarenos aguantaron los fuertes rayos del sol y algunos sufrieron quemaduras en sus pies debido al asfalto caliente.
Todos los que participaron quedaron satisfechos con su recorrido, porque cumplieron con su manda ofrecida, y participan cada año en el viacrucis.