Por: El Diablo Cojuelo

ABORTO-La Fiscalía General anunció que los implicados , en la muerte de la joven de 26 años por practicar un aborto, podrían recibir entre 8 y 20 años de prisión. Pero, ¿por qué una mujer debe morir para que el Estado actúe? El aborto ya fue despenalizado en el Estado, pero el acceso sigue siendo un privilegio, no un derecho universal. Las penas no caen sobre quienes obstaculizan la política pública ni sobre quienes niegan servicios de salud. Caen sobre médicos sin especialidad y asistentes improvisadas, cuando la raíz del problema está en la exclusión. La criminalización selectiva perpetúa una lógica perversa: si mueres en la clandestinidad, te dan la razón demasiado tarde. El castigo no es sinónimo de justicia cuando no se previene el delito. Las leyes son punitivas con los de abajo y permisivas con los de arriba. ¿Dónde están las sanciones a quienes debieron garantizar servicios seguros? Lo que pasó no es una excepción. Es una constante en silencio que se arrastra desde hace décadas.
CALOR– El estado enfrenta una ola de calor peligrosa que pone en riesgo a miles de potosinas y potosinos. Con temperaturas que alcanzan entre los 34°C y los 30°C en la Zona Centro, la amenaza no es solo el calor, sino la desidia oficial. ¿Cómo enfrentar golpes de calor sin agua potable constante ni sombra en espacios públicos? ¿Cómo proteger a la ciudadanía cuando ni siquiera hay bebederos ni protocolos de emergencia reales? El Ayuntamiento de San Luis Potosí sigue reaccionando con comunicados, no con políticas. La negligencia ambiental también mata, sobre todo cuando se combina con una infraestructura ineficiente, pozos secos y fugas sin reparar. Las altas temperaturas no son solo un fenómeno natural: son el resultado de años de omisiones, falta de planeación urbana y desprecio por el cambio climático. En San Luis Potosí, el sol y la burocracia queman por igual, mientras el agua sigue sin llegar.
TRABAJO– El Congreso local pretende declarar el 2 de mayo como “Día de las Personas Trabajadoras Potosinas” para extender el puente. ¿Reconocimiento o simulación? La propuesta busca “honrar” la lucha laboral, pero sin resolver los verdaderos problemas de fondo: precariedad, subempleo y falta de seguridad social. Es fácil proponer conmemoraciones, pero difícil mejorar las condiciones laborales. La clase trabajadora no necesita un nuevo día libre. Necesita salarios dignos, jornadas justas y protección sindical real. Mientras los diputados posan para la foto, millones viven al día. Si quieren honrar a las y los trabajadores, que empiecen por fiscalizar a empresas abusivas, garantizar derechos laborales y fomentar empleos con prestaciones. De poco sirve declarar fechas sin contenido. Este tipo de iniciativas maquillan el abandono con festividad. La dignidad no se decreta: se construye. Y en San Luis Potosí, aún falta mucho por reconocer desde lo estructural.
CUENTOS– El alcalde Enrique Galindo encabezó la siembra de 50 árboles en el Parque de Morales, acompañado por diplomáticos coreanos. Aunque la acción parece positiva, todo apunta a un montaje mediático más que a un proyecto ambiental serio. Galindo declaró que “se planta un árbol por cada niño que nace”, pero los ciudadanos saben que muchas zonas verdes están descuidadas o secas. Se presume un sistema de riego nuevo, pero no se transparentan sus costos ni eficacia. ¿Dónde están los 200 mil árboles prometidos? ¿Quién les da seguimiento? Las actividades con invitados internacionales se usan para proyectar una imagen verde que no siempre coincide con la realidad urbana. A falta de auditoría ambiental real, las fotos llenan el vacío. La sustentabilidad se convierte en excusa para propaganda política. Si de verdad importara el medio ambiente, se respetarían áreas verdes existentes, no se improvisarían escenarios para las cámaras.
ROTACIÓN – Guadalupe Almaguer dejó su cargo como delegada de La Pila tras apenas seis meses. Oficialmente fue una “rotación”, pero en realidad, su salida responde a múltiples quejas ciudadanas por ausencia, desinterés y abandono de funciones. La administración de Galindo intenta justificar el movimiento como parte de ajustes estratégicos, pero los habitantes de La Pila no han visto mejoría. Lo que se necesita no son rotaciones, sino presencia constante, capacidad de gestión y resultados. La falta de continuidad en cargos clave refleja improvisación administrativa. Si alguien no cumple, debe rendir cuentas, no ser reubicado silenciosamente. La población exige atención y solución a sus problemas cotidianos: servicios, seguridad, obras. La Pila es una delegación estratégica, no un experimento político. Mientras tanto, el gobierno municipal sigue sin informar si Almaguer será reubicada, premiada o simplemente protegida. La transparencia también se mide en cómo se despide a quienes no cumplen.
REGRESO– Adolfo Micalco regresó al PRI y fue nombrado coordinador de Sectores y Organizaciones, pese a que en 2009 fue acusado de contratar golpeadores. La dirigente Sara Rocha niega que haya sido expulsado, pero la memoria colectiva recuerda lo contrario. Este tipo de regresos revelan que el PRI no aprende de sus errores. En vez de abrir paso a nuevas voces, recicla a los mismos de siempre. El discurso de “volver a casa” suena hueco cuando se premian trayectorias cuestionables. ¿Ese es el mensaje a la militancia joven? ¿Ese es el rostro de la renovación priista? En tiempos donde la confianza política está por los suelos, estos nombramientos avivan el descrédito. Si el PRI quiere resurgir, debe limpiar su casa, no llenarla de viejos escándalos. La ciudadanía exige partidos que rindan cuentas, no refugios de impunidad política. Volver al PRI debería significar servir, no reciclar privilegios.
CONTENEDORES– El Ayuntamiento quiere instalar papeleras soterradas en el Centro Histórico. Buena idea, pero sin educación ambiental será inútil. El problema no es solo dónde se tiran los residuos, sino cómo se separan, clasifican y recolectan. ¿Habrá campañas de concientización? ¿Participación de comerciantes y ciudadanía? ¿Supervisión para evitar vandalismo? De nada sirve enterrar basura si seguimos siendo una ciudad que no recicla ni reduce. El INAH ya puso condiciones para permitir esta intervención en zona patrimonial, pero el reto va más allá del permiso: se trata de generar cultura ambiental. Galindo presume que su administración fue la primera en abordar este tema, pero los avances reales son aún mínimos. ¿Dónde están los indicadores de impacto? ¿Qué tanto ha cambiado el hábito ciudadano? Un proyecto bien diseñado puede fracasar sin estrategia social. La basura no es solo un tema urbano, es cultural. Y eso no se cambia solo con contenedores caros.