No es buena idea leer el tarot en Semana Santa

Durante Semana Santa hay ciertas actividades que, por creencias espirituales y religiosas, muchas personas prefieren evitar. Entre ellas, las prácticas y rituales energéticos como el tarot.

¿Por qué no se hacen lecturas de tarot en Semana Santa?

La Semana Santa es un periodo que muchas personas dedican a la reflexión, la fe y la espiritualidad. Pero más allá de su significado religioso, quienes trabajan con energía —como médiums, lectores de tarot y terapeutas energéticos— coinciden en que estos días tienen una carga energética especial, que merece respeto y cuidado.

“La energía está demasiado abierta”: la explicación de una médium

De acuerdo con Luz de Luz, estos días no solo mueven energías espirituales, sino también emocionales y colectivas:

“Durante la Semana Santa se mueven muchas energías. No solo las divinas, también las que vienen de la fe de las personas, sobre todo quienes son católicas. Para ellas, es un tiempo de preparación espiritual, de purificación y limpieza. Y todo eso genera un campo energético muy fuerte que se siente en el ambiente”, explica.

Para las y los especialistas en temas espirituales, abrir un canal durante estos días puede ser más riesgoso, porque las puertas energéticas están más abiertas de lo normal.

“Cuando leemos el tarot, hacemos registros akáshicos o angeloterapia, abrimos un canal para conectar con otras dimensiones. Eso implica mover energía. Y cuando hay tanta gente conectada a ideas como la muerte y resurrección de Jesucristo, los canales están mucho más abiertos. Esto puede atraer no solo energía positiva, sino también entidades que no son tan sanas”, aclara Luz.

Por eso, durante Semana Santa, muchos especialistas deciden no trabajar con energía, ni ofrecer sesiones de tarot, rituales con velas, canalizaciones ni limpias. Es una forma de respeto, pero también de protección.

¿Qué son las energías y por qué se intensifican en estos días?

En el mundo espiritual, se entiende por “energía” todo aquello que no se ve, pero se siente: emociones, pensamientos, intenciones y vibraciones que afectan cómo nos sentimos, cómo nos conectamos con los demás y con lo que está más allá de lo físico.

Durante fechas como la Semana Santa, donde millones de personas están enfocadas en el perdón, la muerte, la fe o la redención, esa vibración colectiva amplifica la energía. Así como ocurre en eventos masivos, la intención compartida genera una “frecuencia” que puede sentirse incluso sin darnos cuenta.

“Lo comparo con lo que pasa en septiembre en la Ciudad de México. Como la gente recuerda los sismos pasados y piensa en ellos, se genera una vibración colectiva. En Semana Santa, sucede algo similar: la gente está enfocada en la purificación, la conexión con lo divino, y eso abre un canal muy fuerte”, agrega Luz.

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