Julio Berdegué dice que consumidores estadounidenses pagarán más si se mantiene la medida antidumping.

El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, advirtió que si el Gobierno de Estados Unidos aplica finalmente un arancel del 20.91 por ciento a las importaciones de tomate mexicano, los consumidores estadounidenses pagarán casi 21 por ciento más por este producto básico en su dieta.
Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, Berdegué explicó que la medida, anunciada por el Departamento de Comercio de EE.UU., aún no entra en vigor y que restan 90 días para que comience a aplicarse. Consideró que las acusaciones de dumping por parte de productores estadounidenses son infundadas.
“El 90 por ciento de los tomates que importa Estados Unidos desde cualquier parte del mundo son mexicanos. Seis de cada diez tomates que comen allá se producen aquí. Si siguen adelante con esto, sus tomates serán más caros, simplemente”, afirmó el funcionario.
Berdegué recordó que ya en 2019 se enfrentó una situación similar durante la administración de Donald Trump, donde finalmente se logró un acuerdo comercial tras negociaciones. Confió en que el actual diferendo se resolverá mediante el diálogo bilateral en los próximos meses.
Estados Unidos argumenta que los productores mexicanos venden sus tomates por debajo de su costo real, afectando a los productores locales, especialmente en Florida. México rechaza esta acusación y afirma que sus precios son competitivos, no desleales.
El Departamento de Comercio estadounidense justificó la imposición del arancel al asegurar que el actual acuerdo vigente desde 2019 “no protege” a sus productores ante importaciones mexicanas a precios “injustos”. La acción revierte lo pactado hace cinco años.
México exportó el 99.8 por ciento de sus tomates a Estados Unidos en 2023, alcanzando ventas por dos mil 562 millones de dólares, de acuerdo con datos oficiales del portal Data México. La medida podría afectar gravemente a este sector agrícola nacional.
Finalmente, el titular de Agricultura insistió en que no existen sustitutos viables para el tomate mexicano en términos de calidad, volumen y precio. “Si lo quieren sustituir, les va a costar más. Así de simple”, concluyó.