Por: El Diablo Cojuelo

SEQUÍA – La sequía acecha a 31 municipios de San Luis Potosí. Presas como la de San José han pasado de un 47.3 por ciento al 37.5 por ciento a abril, en almacenamiento de su nivel en apenas en un mes. La falta de agua ya no es una amenaza, es una realidad que avanza silenciosamente. El desinterés institucional por implementar medidas sostenibles de uso y captación de agua agrava una crisis que no se resuelve con ruedas de prensa.
ABUSO – Dos quejas por violaciones a los derechos humanos y un policía dado de baja por su presunta participación en un homicidio; ese es el saldo de lo que debería ser una corporación que protege. La ciudadanía ya no solo teme a los criminales, sino a los propios cuerpos de seguridad que deberían garantizar justicia. ¿Cuántas quejas más serán ignoradas por la Coordinación de Derechos Humanos antes de que se tomen medidas reales?
FUEGO – Casi 400 incendios han sido atendidos por bomberos en lo que va del año, y el 65% se originó en baldíos y pastizales abandonados. La cifra no solo revela la imprudencia y el descuido de muchos, sino también la falta de prevención y vigilancia municipal. No se trata solo de apagar incendios: se trata de evitarlos. Y mientras los bomberos hacen su parte, ¿qué hace la autoridad para evitar tragedias?
LIRIO – El lirio invade la presa San José y aunque ya existe un diagnóstico del problema, las soluciones siguen en papel. La planta de tratamiento de Escalerillas aún no está rehabilitada, y el ayuntamiento apenas planea cómo deshacerse del lirio sin contaminar más. Resolver un problema no es trasladarlo de lugar; es atacar el origen. La ciudadanía está harta de promesas técnicas que nunca se concretan.
COMERCIO – El alcalde Galindo ha minimizado las quejas de los locatarios formales sobre el comercio informal en el Centro Histórico. “No es malo si está ordenado”, dice, pero la realidad es que la competencia desleal y el desorden crecen. En plena Semana Santa, los ambulantes proliferan y los acuerdos de ordenamiento simplemente no se cumplen. Una ciudad que no defiende a sus comerciantes establecidos está condenada al caos económico.
SALUD – Comer en la calle durante la temporada puede ser un riesgo mortal. Las enfermedades gastrointestinales como salmonelosis, hepatitis A y gastroenteritis acechan en los puestos sin refrigeración, sin higiene y con alimentos manipulados de forma deficiente. Las autoridades sanitarias brillan por su ausencia, mientras la comida chatarra invade plazas, calles y eventos masivos. ¿Dónde está la supervisión?
VIOLENCIA – Las células delictivas han recurrido al uso de “ponchallantas” para frenar a las patrullas. El problema no solo afecta a las fuerzas de seguridad, sino también a la población civil, que se convierte en víctima colateral de la guerra no declarada en nuestras carreteras. Esta práctica evidencia el nivel de impunidad y la falta de control territorial. La delincuencia va un paso adelante y el Estado solo reacciona.
INEQUIDAD – El Ceepac ha aprobado los topes de gasto para el proceso electoral extraordinario. Aunque buscan promover la equidad, los límites parecen un espejismo ante la influencia real del dinero en campañas disfrazadas de “voluntariado” o redes sociales inundadas de propaganda. Sin partidos ni espectaculares, pero con estructuras paralelas que siguen operando. El pueblo quiere elecciones limpias, no simulaciones decoradas con papel reciclado.