Durante el juicio por la muerte de Diego Maradona, tres médicos afirmaron que el ídolo argentino no requería una operación en la cabeza; acusan a su médico personal de tomar decisiones unilaterales.
Durante el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, tres médicos del sanatorio Ipensa aseguraron que la cirugía cerebral practicada al exfutbolista el 3 de noviembre de 2020 fue innecesaria y precipitada. Los testimonios de los doctores Guillermo Burry, Martín Cesarinni y Marcos Correa señalaron que el hematoma subdural detectado en una tomografía “no representaba una emergencia quirúrgica”.
El neurocirujano Burry explicó que Maradona debía permanecer bajo observación y negó realizar la intervención como jefe del área, alegando que el paciente “no estaba compensado”. Sin embargo, el médico de cabecera, Leopoldo Luque, insistió en operarlo sin consultar a la familia y coordinó el traslado a la Clínica Olivos, donde se realizó la última operación del exastro argentino.
Flavio Tunessi, médico del club Gimnasia y Esgrima de La Plata, también relató que Maradona estaba en visible deterioro físico tras su cumpleaños 60, hecho que motivó su internación. “Nadie lo vio bien”, afirmó Tunessi.
Luque enfrenta cargos junto con otros seis profesionales de la salud por homicidio simple con dolo eventual, cuya pena puede alcanzar los 25 años de prisión. La enfermera Gisela Madrid será juzgada por separado mediante un jurado popular. El juicio continúa ante los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach.
