Cosas de la Ciudad; Ayuntamiento de lujo en una ciudad en crisis; mientras el pueblo carece, funcionarios cobran como reyes

Por: El Diablo Cojuelo

ESCANDALOSO – Mientras miles de potosinos enfrentan pobreza, escasez y falta de servicios, el Ayuntamiento presume sueldos de más de 100 mil pesos para 25 funcionarios. La opacidad, la manipulación de datos y la negativa a corregir errores denunciados por organizaciones ciudadanas como Ciudadanos Observando demuestran el desprecio del alcalde Enrique Galindo por la transparencia. El pueblo exige respuestas y justicia, pero recibe silencio e indolencia. 

IMPUNIDAD – La suspensión de un elemento de la Guardia Municipal por su presunta participación en un homicidio es solo una muestra de la podredumbre que se esconde dentro de los cuerpos de seguridad. Mientras la Secretaría de Seguridad intenta deslindarse asegurando que el uniformado estaba de incapacidad médica, lo cierto es que el ciudadano común ya no distingue entre policías y delincuentes. La falta de controles reales y el encubrimiento sistemático generan un entorno donde la justicia es selectiva y el abuso es cotidiano.

ABUSO – Un abogado que exigió respeto a la ley terminó siendo violentado por quienes deberían defenderla. Policías municipales lo sometieron con brutalidad, lo obligaron a borrar evidencia y atentaron contra su derecho a grabar en espacio público. Este hecho no es aislado: forma parte de una cadena de actos de intimidación que exhiben el talante autoritario de los elementos que, lejos de proteger, amedrentan.

VIOLENCIA – El acoso escolar en San Luis Potosí crece de forma alarmante. Aunque la SEGE presume más reportes por una “cultura de la queja”, lo cierto es que la falta de acciones de fondo, el escaso acompañamiento psicológico y las soluciones de traslado de alumnos reflejan una nula intención de erradicar el problema. La seguridad emocional de niñas, niños y adolescentes no puede seguir siendo una estadística que se maquilla.

NEGLIGENCIA – Una persona muerta por la caída de un poste de alumbrado público en Villa Magna debería ser suficiente para encender alarmas, pero el silencio institucional es sepulcral. La infraestructura urbana se cae a pedazos mientras las autoridades priorizan eventos mediáticos. ¿Cuántos ciudadanos más deben morir para que se realicen inspecciones y se asuma la responsabilidad que compete?

IRRESPONSABILIDAD – Conducir bajo el influjo del alcohol, ignorar señales viales o manipular el celular al volante son acciones cotidianas que, combinadas con la falta de vigilancia vial, elevan el riesgo de muertes en las calles. Las campañas preventivas son nulas, y la educación vial, inexistente. El resultado: una ciudad donde manejar se convierte en un acto de supervivencia.

DESPRECIO – Tirar agua en Sábado de Gloria no es una “tradición inofensiva”, es una muestra de desconexión con la realidad. En medio de una crisis hídrica severa, con comunidades enteras sin acceso al recurso, la multa por desperdicio debería ir acompañada de campañas de conciencia. Pero las autoridades siguen más interesadas en sancionar que en educar.

EMERGENCIA – Los problemas ambientales de San Luis Potosí, como la pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire y la escasez de agua, siguen relegados a discursos decorativos. No hay política pública seria que revierta este deterioro. La ciudad pierde selvas, oxígeno y vida, mientras quienes gobiernan ignoran lo esencial: sin naturaleza no hay futuro posible.

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