El país espera un número récord de montañistas en la temporada de escalada 2025.

Nepal ha comenzado a emitir los permisos de escalada para el Everest, con la expectativa de alcanzar un número récord de montañistas en la temporada de primavera de 2025. Hasta el momento, se han otorgado licencias a 77 escaladores, compuestos por 60 hombres y 17 mujeres, según informó Leeladhar Awasthi, director del Departamento de Turismo de Nepal. El país, que ya ha experimentado una disminución en la cantidad de permisos emitidos en la temporada pasada, confía en que las nuevas medidas atraerán más alpinistas.
Una de las principales razones de este optimismo radica en el aumento en el costo de los permisos. A partir del 1 de septiembre de este año, las autoridades nepalíes aumentarán las tarifas para los extranjeros que deseen escalar el Everest. El nuevo precio ascenderá a 15 mil dólares, en comparación con los 11 mil dólares que se cobraban anteriormente. Este incremento en el costo busca generar mayores ingresos para el país y al mismo tiempo, controlar la cantidad de montañistas que se aventuran a la cima.
Además de la tarifa más alta, los escaladores deberán ajustarse a una nueva normativa ambiental que entrará en vigor esta temporada. Los alpinistas deberán llevar consigo bolsas personales para sus excrementos, con el fin de reducir el impacto ambiental y gestionar mejor los residuos en la montaña, una medida impuesta tras una orden del Tribunal Supremo de Nepal el año pasado. La normativa también responde a las crecientes preocupaciones sobre la contaminación en el Everest.
Asimismo, se implementará un depósito de 600 dólares para aquellos que deseen atravesar la cascada de hielo del Khumbu, un paso peligroso pero emblemático en el ascenso al Everest. Esta medida busca incentivar el respeto por las condiciones de seguridad y el medio ambiente, contribuyendo a la limpieza de la montaña.
El Comité de Control de la Contaminación del Everest informó que durante la primavera de 2024 se recogieron 77 toneladas de residuos en el campo base del Everest. Las autoridades esperan que las nuevas políticas contribuyan a la conservación de este icónico sitio y a una gestión más eficiente de los recursos naturales en la montaña más alta del mundo.