Familiares de desaparecidas exigen respuestas tras el hallazgo de prendas en una propiedad vinculada al crimen organizado en Jalisco.

El hallazgo de 47 blusas en el narco Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, ha desatado una ola de incertidumbre y dolor entre los colectivos de búsqueda y las familias de mujeres desaparecidas en el estado. La Fiscalía de Jalisco informó que las prendas encontradas podrían pertenecer a 47 mujeres, pero hasta el momento no se han identificado a las víctimas ni se ha determinado su paradero.
Las prendas, según los primeros indicios, corresponden a la ropa con la que estas mujeres habrían llegado al rancho, lo que sugiere que podrían haber sido privadas de su libertad en este lugar. Autoridades estatales han iniciado una investigación para determinar si fueron reclutadas por grupos criminales, obligadas a realizar actividades ilícitas o si fueron víctimas de trata de personas.
El caso ha generado indignación entre las familias de las desaparecidas y los colectivos de búsqueda, quienes acusan a las autoridades de negligencia en las investigaciones. Durante las labores de búsqueda en la zona, madres y familiares han tratado de excavar con sus propias manos en busca de restos humanos, al percibir sonidos huecos bajo el suelo del rancho. Entre lágrimas, una de ellas exclamó: “Traigan las palas, nosotros abrimos”, con la esperanza de encontrar pistas sobre el destino de sus hijas.
El gobierno estatal ha prometido reforzar los operativos de búsqueda y esclarecer los hechos, sin embargo, los familiares de las víctimas aseguran que la respuesta ha sido tardía y que durante años han enfrentado indiferencia por parte de las autoridades. “Esto fue una burla para todas las madres buscadoras. No se vale que jueguen con nuestro dolor”, expresó una de ellas.
Teuchitlán se suma a la larga lista de regiones en México marcadas por la violencia y la desaparición forzada. Colectivos y especialistas advierten que el caso no solo pone en evidencia la crisis de seguridad en el país, sino también la falta de atención gubernamental hacia las víctimas de desaparición y sus familias. A pesar de las promesas de justicia, el temor de que estas mujeres nunca sean encontradas sigue latente.