- Asesinato del presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, generó alerta binacional en Puente Internacional Colgante Reynosa-Hidalgo
- Archivos JFK 2025 pone nombres a colaboración entre México con Agencia Central de Inteligencia (CIA) y plantea preguntas sobre la autonomía mexicana

El asesinato del presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, generó una alerta binacional que vivimos los que habitamos en las cercanías del antiguo Puente Internacional Colgante Reynosa-Hidalgo conocido en el aquel entonces como Puente Internacional McAllen-Hidalgo-Reynosa.
La magnitud nacional e internacional que generó conmoción a Estados Unidos y la mayoría de países del mundo, especialmente a quienes habitamos a unos 800 kilómetros de Dallas, Texas, y a 50 metros del Puente Internacional Colgante Reynosa-Hidalgo, que conecta Reynosa, Tamaulipas, con las ciudades de Hidalgo y McAllen en Texas, debido que 1963, este puente internacional ya era un paso fronterizo importante con 37 años de operación ininterrumpidamente desde 1926, y facilitaba el comercio exterior de transporte de carga pesada de importación y exportación, autobuses turísticos y pasajeros, transporte interfronterizo, principal cruce del programa braceros y peatones entre México y Estados Unidos.
El gobierno estadounidense implementó medidas de seguridad inmediatas, como el cierre del espacio aéreo comercial y una alerta general en las fuerzas del orden, cuya atención se centró principalmente en Dallas, Texas y en la búsqueda de sospechosos, especialmente tras la detención de Lee Harvey Oswald, quien había visitado la Ciudad de México semanas antes del crimen.
La relevancia es que Oswald viajó a la Ciudad de México del 26 de septiembre al 3 de octubre de 1963, donde intentó obtener visas para Cuba y la Unión Soviética, siendo vigilada por su visita por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Dirección Federal de Seguridad (DFS) mexicana, como se ha confirmado en los documentos desclasificados de los Archivos JFK 2025, cuya entrada se realizó por el Puente Internacional Laredo, Texas-Nuevo Laredo Tamaulipas.
Los documentos desclasificación de los archivos relacionados con el asesinato de John F. Kennedy (JFK) 2025, ha revelado información significativa sobre la colaboración entre el gobierno mexicano y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en las décadas de 1960 y 1970. A continuación, se detallan los nombres de mexicanos encontrados en estos documentos y las implicaciones que esto podría tener, basándome en la información disponible hasta la fecha actual del 19 de marzo de 2025:
Nombres de Mexicanos Encontrados
Adolfo López Mateos: Presidente de México entre 1958 y 1964. Los documentos desclasificados muestran que su administración colaboró estrechamente con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), especialmente en operaciones de espionaje contra diplomáticos cubanos y soviéticos en la Ciudad de México. Esta colaboración incluyó la cesión de infraestructura y personal mexicano para interceptar comunicaciones.
Gustavo Díaz Ordaz: Presidente de México entre 1964 y 1970, conocido en los archivos por el nombre en clave «LIRAMA». Se señala que durante su mandato se mantuvo y amplió la cooperación con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), incluyendo la vigilancia de opositores políticos mexicanos y exiliados de otros países.
Rodolfo Echeverría: Jefe de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) durante el gobierno de López Mateos y padre del futuro presidente Luis Echeverría. Con el nombre en clave «EIELEGANT», los archivos indican que fue un enlace clave entre la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el gobierno mexicano. Participó en el seguimiento de Lee Harvey Oswald durante su visita a la Ciudad de México en septiembre de 1963, semanas antes del asesinato de JFK.
Lázaro Cárdenas del Río: Ex presidente de México (1934-1940). Aunque no estaba en el poder durante los eventos de 1963, fue etiquetado como «procomunista» y puesto bajo vigilancia por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en colaboración con el gobierno mexicano en los años 60.
Luis Macías Cardone: Activista juvenil en la Confederación de Trabajadores de México (CTM), identificado como objetivo de espionaje por su presunta afiliación política.
Alonso Aguilar Monteverde: Miembro del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), también vigilado por sus actividades políticas.
Vicente Lombardo Toledano: Líder laboral marxista, considerado un objetivo prioritario por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el gobierno mexicano debido a su ideología.
David Alfaro Siqueiros: Famoso pintor y activista comunista, mencionado en los archivos como «agitador» bajo vigilancia.
Víctor Rico Galán: Periodista español naturalizado mexicano, comunista, también espiado por su activismo.
Silvia Durán: Empleada de la embajada de Cuba en México. Fue arrestada e interrogada por el gobierno mexicano a petición de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) tras interactuar con Oswald en la Ciudad de México. Su caso destaca la subordinación de las autoridades mexicanas a las demandas de inteligencia estadounidense.
Implicaciones de la Desclasificación
Revelación de la Cooperación México- Agencia Central de Inteligencia (CIA): Los documentos confirman una relación estrecha y subordinada entre el gobierno mexicano y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), especialmente durante los gobiernos de López Mateos y Díaz Ordaz. Esto incluye el uso de instalaciones gubernamentales mexicanas para operaciones de espionaje, como un centro de intervención telefónica, y la participación de personal mexicano en la transcripción de grabaciones. Esta colaboración se extendió al monitoreo de Oswald antes del asesinato de JFK, lo que podría reavivar especulaciones sobre el papel de México en los eventos de 1963.
Impacto Político e Histórico en México: La exposición de estas figuras prominentes, incluidas dos expresidentes, podría generar un debate público en México sobre la soberanía nacional y el grado de influencia extranjera durante la Guerra Fría. La vigilancia de opositores políticos como Cárdenas, Lombardo Toledano y Siqueiros sugiere que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el gobierno mexicano trabajaron juntos para reprimir movimientos de izquierda, lo que podría vincularse a episodios como la «guerra sucia» de los años 70.
Presión para la Desclasificación en México: El gobierno mexicano, bajo la presidenta Claudia Sheinbaum, podría aprovechar esta oportunidad para exigir a Washington más detalles sobre esta colaboración, argumentando que también es parte de la historia mexicana. Además, México podría buscar desclasificar sus propios archivos relacionados con estas operaciones, lo que arrojaría luz sobre la extensión de la cooperación y sus implicaciones internas.
Teorías de Conspiración y Oswald: La presencia de Oswald en la Ciudad de México, donde fue fotografiado y grabado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con apoyo mexicano, refuerza las teorías de que la agencia estadounidense pudo haber sabido más sobre sus intenciones de lo que admitió. Aunque no hay evidencia definitiva de un complot, la falta de transparencia previa y la resistencia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a desclasificar todos los documentos alimentan la especulación sobre una posible implicación o negligencia.
Repercusiones Internacionales: La desclasificación avergüenza a la inteligencia estadounidense al exponer sus operaciones encubiertas en un país aliado como México. También podría tensar las relaciones bilaterales si se percibe que Estados Unidos ocultó información relevante para la historia mexicana.
La desclasificación de los Archivos JFK 2025 no solo pone nombres a la colaboración entre México y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), sino que también plantea preguntas sobre la autonomía mexicana, la represión política interna y el verdadero alcance de las operaciones de inteligencia en torno al asesinato de Kennedy. Este proceso podría ser una base fundamentada para una revisión histórica más amplia en ambos países.