
Croacia y Francia se reencontraron en un partido cargado de historia, pero con una dinámica inesperada. Mientras los balcánicos mostraron solidez y ambición, los franceses quedaron atrapados en la confusión, incapaces de imponer su superioridad técnica y física.
El equipo de Zlatko Dalic sabía que esta Nations League representa una de las últimas oportunidades para la generación dorada liderada por Luka Modric e Ivan Perisic de conquistar un título internacional. Con esa motivación, Croacia salió a ganar cada duelo, mientras Francia lució desorientada en defensa.
Desde los primeros minutos, la presión croata dio frutos. Konaté, en una acción desafortunada, concedió un penalti por una mano dentro del área. La oportunidad fue para Andrej Kramaric, quien intentó sorprender con un disparo al centro, pero Maignan adivinó y salvó el remate con las piernas, frustrando el primer grito de gol de los locales.
Budimir abre el marcador y Francia no reacciona
El error desde los once metros no desmotivó a Croacia, que siguió dominando el juego y manteniendo a Kylian Mbappé y Ousmane Dembélé lejos del área.
El premio llegó en el minuto 26, cuando Perisic dejó atrás a Koundé y envió un centro preciso al área. Ante Budimir aprovechó su oportunidad y, con un cabezazo tras ganarle la posición a Saliba, abrió el marcador. El remate, aunque con cierto efecto extraño tras golpear en el pecho de Maignan, terminó en las redes, desatando la euforia croata.
Francia seguía sin encontrar soluciones. Con Dembélé jugando como falso 9 y Mbappé escorado a la derecha, la ofensiva gala lucía inofensiva. Guendouzi, Tchouaméni y Rabiot se limitaban a achicar espacios sin generar juego, mientras que la defensa sufría con la velocidad y presión croata.