87° Aniversario de la Expropiación Petrolera

El 18 de marzo de 1938, Lázaro Cárdenas expropió la industria petrolera extranjera, asegurando la soberanía energética de México y un avance significativo en los derechos laborales.


Este 18 de marzo, México conmemora el 87° aniversario de la Expropiación Petrolera, un acto que marcó un parteaguas en la historia del país. Hace casi nueve décadas, el presidente Lázaro Cárdenas del Río decretó la nacionalización de la industria petrolera, un movimiento que otorgó a la nación el control total de sus recursos naturales y significó un avance crucial en la lucha por los derechos laborales.

El 18 de marzo de 1938, Cárdenas, quien había asumido la presidencia en 1934, enfrentó un largo conflicto con las compañías extranjeras que dominaban el petróleo mexicano. Tras la negativa de estas empresas a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y a acatar las resoluciones judiciales, Cárdenas decidió actuar, emitiendo un decreto que expropió todas las propiedades de 17 empresas extranjeras, entre ellas Royal Dutch Shell y Standard Oil, que operaban en territorio mexicano.

El proceso se desencadenó después de un enfrentamiento laboral con las compañías petroleras, que culminó en una huelga nacional en enero de 1937. Los trabajadores exigían mejores salarios y condiciones, y la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje falló a su favor. Sin embargo, las compañías no cumplieron con el laudo, lo que llevó al gobierno mexicano a intervenir, respaldado por el creciente apoyo popular.

El decreto de expropiación no solo tenía como objetivo garantizar la justicia para los trabajadores mexicanos, sino también asegurarse de que los recursos energéticos del país estuvieran bajo control nacional, alejando la influencia extranjera. En su discurso radial del 18 de marzo de 1938, Cárdenas explicó que, debido a la negativa de las petroleras a cumplir con las leyes laborales mexicanas, no quedaba otra opción que proceder con la expropiación.

La medida fue recibida con euforia por el pueblo mexicano, que salió a las calles a celebrar la victoria de su soberanía nacional. Las celebraciones fueron especialmente visibles en la Ciudad de México, donde miles de ciudadanos mostraron su apoyo a la decisión presidencial, pintando carteles con lemas como “Viva Cárdenas” y “El pueblo con Cárdenas”.

A pesar de las presiones internacionales, especialmente de Estados Unidos, que intentaron revertir la expropiación mediante bloqueos y sanciones económicas, el gobierno de Cárdenas se mantuvo firme. En un giro inesperado, México logró romper el bloqueo mediante la venta de petróleo a países del Eje durante la Segunda Guerra Mundial.

Para el 7 de junio de 1938, el presidente Cárdenas fundó la empresa estatal Pemex, que comenzó a operar bajo un nuevo esquema en el que el Estado se encargaba de la exploración, explotación, refinación y comercialización del petróleo, reemplazando a las compañías extranjeras que controlaban el recurso hasta ese momento.

Este acto de expropiación no solo se conmemoró como un triunfo de soberanía, sino también como un hito en la lucha de los trabajadores mexicanos por sus derechos laborales. Los sindicatos y las organizaciones de trabajadores, como la Confederación de Trabajadores de México (CTM), se unieron en apoyo al gobierno, convirtiendo la expropiación en un símbolo de la lucha obrera.

En los días posteriores, entre el 27 y el 31 de marzo, se celebró la Semana del Petróleo en el Palacio de Bellas Artes, donde se realizaron conferencias y exposiciones sobre la importancia de la industria petrolera y los avances sociales que la expropiación generaba para México.

El impacto de la expropiación petrolera también se sintió en la economía nacional, ya que permitió a México obtener los recursos necesarios para el desarrollo de su infraestructura, además de mejorar las condiciones de vida de la población al invertir en educación, salud y bienestar social. La solidaridad popular fue clave en este proceso, y miles de ciudadanos contribuyeron con sus bienes y dinero a financiar la indemnización a las petroleras, que, aunque significativa, fue vista como un sacrificio necesario para asegurar la independencia económica de México.

A lo largo de los años, la expropiación petrolera ha sido considerada una de las acciones más trascendentales del periodo revolucionario en México y ha marcado un precedente en la lucha por los derechos de los trabajadores y la soberanía de los recursos nacionales.

Este aniversario no solo recuerda un evento histórico, sino también el legado de Lázaro Cárdenas, quien sigue siendo recordado como el presidente que hizo realidad la soberanía energética de México y que, a través de su acción, consolidó un nuevo orden económico en el país.

Hoy, más de ocho décadas después, la expropiación petrolera sigue siendo un tema de orgullo nacional, un recordatorio de la lucha por los derechos de los mexicanos y la importancia de la soberanía energética para la independencia del país.

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