El Salvador recibe a más de 250 criminales deportados por EE.UU., consolidando la estrategia de seguridad de Bukele y su relación con Washington.

En un nuevo movimiento que refuerza su imagen de mano dura contra el crimen, el presidente Nayib Bukele anunció la llegada de más de 250 reclusos del Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha (MS-13), deportados por Estados Unidos bajo la Ley de Enemigos Extranjeros.
Los prisioneros serán confinados en el Centro de Reclusión para Terroristas (CECOT), la megacárcel de máxima seguridad promovida por el gobierno salvadoreño. Esta colaboración fortalece la relación de Bukele con Washington, mientras su modelo de encarcelamiento masivo sigue generando críticas por parte de organismos de derechos humanos.
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, agradeció la cooperación de El Salvador en la lucha contra el crimen organizado, mientras que el expresidente Donald Trump elogió a Bukele como “el líder de seguridad más fuerte de la región”.
Sin embargo, analistas advierten que esta estrategia podría consolidar el poder del mandatario salvadoreño y fortalecer su modelo de gobierno autoritario, en un contexto donde las denuncias por violaciones a derechos humanos siguen en aumento.