El pasado viernes 7 de marzo, el Teatro de la Paz fue escenario de una noche inolvidable con el estreno mundial de la obra «La China Morena y el Baile» de Carlos Lavín, acompañado por la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí y la soprano Albina Goryachikh.

El director artístico de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, el Mtro. Vladimir Sagaydo, nos brindó una entrevista exclusiva en la que compartió su visión sobre el evento, el proceso de preparación y la importancia de esta obra para la ciudad.
La emoción es enorme, para mí, dirigir está noche a la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí en este tipo de eventos es un sueño hecho realidad. No solo porque vivimos estreno mundial, sino también porque estamos presentando una obra que une géneros tan diversos como la salsa, la kizomba y la bachata, fusionados con la tradición de la música clásica. Este es un paso hacia la diversificación de la música en San Luis Potosí, un lugar con una rica tradición cultural que merece experimentar propuestas innovadoras. Personalmente, es un honor haber sido elegido para dirigir una obra de tan alta calidad y relevancia para la comunidad.
Además de la brillante actuación de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, es importante destacar la figura del Mtro. José Miramontes, quien se ha convertido en un pilar fundamental para el desarrollo musical de la región. El Mtro. Miramontes, con su vasto conocimiento y experiencia, nos conocimos hace 25 años, yo tenía 14, ha sido un referente en la formación de jóvenes músicos en la ciudad, y su dedicación incansable a la música ha dejado una huella profunda en la comunidad.
Su contribución no solo se ha limitado a la enseñanza, sino también a la colaboración en proyectos como el de la Orquesta Sinfónica, lo que ha enriquecido aún más la calidad artística de los eventos musicales en San Luis Potosí. Su presencia en este concierto y su continuo apoyo a la música clásica en la región son testimonio de su amor por la cultura y el arte en su máxima expresión.
Carlos Lavín ha logrado una obra excepcionalmente rica en color y emoción. La pieza está estructurada en tres movimientos, cada uno representando un género diferente, pero con la característica de mantener una base clásica muy sólida. El primer movimiento es un homenaje a la salsa, lleno de ritmo y energía, mientras que el segundo es más melódico, influenciado por la kizomba, un estilo suave que permite explorar los matices de la orquestación. El tercer movimiento está basado en la bachata, pero con una intervención orquestal que hace que se eleve a una nueva dimensión.

Lo que me impresionó profundamente de la obra de Lavín es cómo combina la música popular con los recursos de la música clásica, logrando una simbiosis perfecta entre ambos mundos. El proceso de ensayar la obra con la Orquesta fue muy enriquecedor, ya que cada músico tuvo que adaptarse a un estilo nuevo, pero siempre manteniendo la esencia de la pieza.
La preparación de la Orquesta fue todo un reto, pero también una oportunidad para aprender y crecer juntos. Trabajamos intensamente durante semanas, no solo para dominar las partituras de «La China Morena y el Baile», sino también para asegurarnos de que la orquesta pudiera conectar con el ritmo y la emocionalidad de la música latina.
La clave fue asegurarnos de que cada músico no solo se enfocara en la técnica, sino también en la pasión y el carácter que exigen estos géneros. Fue fascinante ver cómo los músicos, muchos de los cuales tienen una formación clásica, se entregaron a la interpretación de ritmos que les son menos familiares, pero que lograron dominar con gran éxito.
Además, tuvimos la oportunidad de contar con la colaboración de la soprano Albina Goryachikh, quien aportó una gran dosis de belleza y distinción al programa.
«Alina es una gran cantante, como parte del color de La Escuela de BEllas Artes. Ella es hija de músicos, uno de ellos siendo el maestro a la derecha, quien ha sido consagrado en esta ópera, y también es principal de la sección de violas. Yo estoy allá con la suelta de México, y ahorita parece que está empezando a destacarse, como dice en el mundo del canto. Creo que fue una de las experiencias con la opción de la ópera, y cantó en cuatro idiomas: checo, español, italiano.

La transición entre el estreno de «La China Morena y el Baile» y el popurrí de mambos de Pérez Prado fue un desafío interesante. Aunque ambos estilos comparten una base latina, su enfoque y ejecución son muy distintos. El mambo tiene una energía vibrante, muy de “salsa brava”, mientras que la obra de Lavín tiene una introspección mayor, con momentos más melódicos. Sin embargo, logré mantener la cohesión en el programa asegurándome de que la Orquesta se adaptara a los diferentes tempos y estilos sin perder la musicalidad que caracteriza a ambos géneros. Lo fascinante fue ver cómo el público respondió tan positivamente a esa fusión, disfrutando tanto del ritmo explosivo del mambo como de la profundidad emocional de la obra clásica con tintes latinos.
El trabajo que hemos realizado con la Orquesta, al presentar repertorios innovadores, es un claro ejemplo de cómo la música puede atraer a nuevas audiencias y generar un mayor interés en las artes. Para el futuro, espero que podamos seguir explorando esta fusión de géneros, ya que creemos firmemente en la importancia de acercar la música clásica a todos los públicos, mostrando que es una forma de expresión que se mantiene viva y relevante, no importa el contexto o el estilo.
La Orquesta está en un camino muy prometedor. Ya tenemos en mente varios proyectos para este año que seguirán explorando nuevas fronteras y, sobre todo, presentando obras que no solo son relevantes para nuestra tradición, sino también innovadoras y experimentales. Uno de los principales objetivos es seguir incorporando elementos de la música popular, pero siempre manteniendo la riqueza de la música clásica. En este sentido, quiero que la Orquesta siga creciendo, no solo en términos de técnica, sino también en su conexión con el público, que es el verdadero corazón de nuestro trabajo. Estoy convencido de que, con el apoyo continuo de la comunidad y el compromiso de nuestros músicos, el futuro de la música en San Luis Potosí será brillante.