Campesinos y activistas denuncian que la colocación irregular de tuberías amenaza la flora, fauna y el sustento local en Dzemul

Los manglares y una histórica salinera prehispánica en el municipio de Dzemul, Yucatán, están en peligro debido a la instalación irregular de tuberías para un proyecto de agua potable que busca abastecer a Telchac Puerto. Campesinos y activistas locales han alzado la voz para frenar la obra, que carece de permisos ambientales y podría causar graves afectaciones ecológicas.
“El alcalde José Wilberto Flota Aké impulsa un proyecto de 15 kilómetros que atraviesa zonas naturales protegidas, poniendo en riesgo los manglares y la salinera que es nuestro sustento”, denunció Juventino Náhuat Pat, socio de la salinera Xtampú, durante una manifestación.
Los inconformes impidieron que trabajadores municipales continuaran la colocación de tuberías de PVC al ras de los mangles y charcas salineras. “No permitiremos que destruyan los manglares ni nuestra fuente de vida”, advirtieron.
El proyecto ya ha sido clausurado en dos ocasiones, en 2023 y 2024, por no cumplir con la normatividad ambiental. Sin embargo, al ser reelecto, el alcalde ha retomado la obra, afectando incluso el suministro de agua en Dzemul, donde los habitantes sufren escasez frecuente.
Jorge Alfredo Herrera Silveira, investigador del Cinvestav Mérida, explicó que los manglares son vitales para la estabilidad de los ecosistemas costeros y la protección contra tormentas. México ocupa el cuarto lugar mundial en extensión de manglares, y el 60 % de estos se encuentra en la Península de Yucatán.
“Se deben buscar alternativas que no dañen los ecosistemas ni las actividades productivas. Cualquier infraestructura en un manglar debe ser elevada; colocar tuberías al ras o bajo tierra afectaría gravemente la hidrología del ecosistema”, advirtió el especialista.
Como posible solución, propuso la implementación de un impuesto ambiental para los propietarios de casas veraniegas que se beneficiarán del servicio de agua potable. “Toda obra de infraestructura debe considerar un costo ambiental para mitigar su impacto”, concluyó.
Los habitantes de Dzemul han solicitado la intervención de las autoridades ambientales estatales para detener el proyecto y evitar un daño irreversible a la biodiversidad y al patrimonio histórico de la región.