El día de hoy el pueblo de México ha sido convocado por la Presidenta de la República Mexicana, Claudia Sheinbaum Pardo, a manifestarnos en el Zócalo con el propósito de mostrar nuestra unidad nacional ante las amenazas reales que enfrentamos por las decisiones que está impulsando el gobierno del Donald Trump (DT), Presidente de los Estados Unidos de América, y que abiertamente pretende dañarnos o doblegarnos de manera unilateral. Es necesario entender que no solo se trata de aranceles, impuestos, bienes y servicios, vender o comprar; no, son mucho más profundas y graves las amenazas latentes y tienen que ver con el avance que tiene y el que tendrá desde la Casa Blanca la ultraderecha en el mundo. El llamado de la Presidenta Sheinbaum se da en el contexto en el que se observa que DT ha declarado sí una guerra multifacética contra México con la fachada del combate a las bandas del crimen organizado y el narcotráfico y contra la inmigración ilegal a su país que accede por su frontera sur inculpando a México como único responsable de estos fenómenos, cuando el mismo DT lo sabe, y lo sabe bien el gobierno y el pueblo estadounidense y el mundo, que son ellos y es desde su territorio donde se controlan, dirigen y orientan una gran parte de los negocios de tráfico de drogas, tráfico de personas y tráfico de armas que se registran en México y en el mundo. Es por ello por lo que hay que tener claridad cuando DT condiciona la imposición de impuestos a la efectividad de nuestro gobierno en esos temas y luego los difiere. Estamos frente a un gobierno poderosísimo cuyo objetivo es imponer una nueva geopolítica refundacional de extrema derecha e instaurar sus valores y creencias como únicas en el mundo. De ahí la relevancia de la concentración de hoy en el epicentro político nacional que es el Zócalo capitalino.
Los hechos no permiten confusión alguna. Muchas de nuestras libertades; los valores de tolerancia e inclusión; la libertad de expresión y el periodismo independiente; la libertad de pensamiento y de creencias; y muchas de las instituciones democráticas del mundo occidental como las conocemos, están ya siendo acechadas. Parece una exageración, pero no lo es. Como bien lo dice Mónica González, corresponsable del Consultorio Ético, la guerra se desató el mismo minuto en que, a los 78 años, Donald Trump juró como el 47º presidente de Estados Unidos el 20 de enero pasado. Ya con todo el poder que le dio una elección arrolladora que le permitió lograr el control completo del Congreso y rodeado de los hombres más ricos del mundo: Jeff Bezos, fundador de Amazon y dueño del Washington Post; Mark Zuckerberg, fundador de Meta; Tim Cook, líder de Apple, Sundar Pichai CEO de Google, Sam Altman, CEO de OpenAI; Rupert Murdoch, magnate de medios; Gianni Infantino, presidente de la FIFA —el poder corrupto del fútbol mundial no podía estar ausente—, entre otros. Todos ellos, encabezados por el más agresivo, el más rico, el más poderoso: Elon Musk, el dueño de SpaceX, Tesla y de la masiva red social “X” que ahora resulta que es el que toma las decisiones principales a su lado, nos advierte una realidad en la que no hay contrapeso alguno.
Lo que dice y hace Donald Trump para avanzar en su guerra por la hegemonía mundial fue auscultado por Tulio Alberto Álvarez-Ramos en el medio The Conversation: “en Trump la planificación es dogma y con su exagerado histrionismo busca alterar el comportamiento de sus contrincantes. Otra de sus características es el empleo de agresividad instintiva e individualista en la negociación”. Y concluye: “Trump se entenderá con Putin o Xi Jinping como lo hizo con mafias o sindicatos de Nueva York, aplicándoles su ABC: nunca confiar, no aceptar un “no” por respuesta y trabajar sin emociones. Con los otros, los que no tengan su estatura, no hay reglas, solo poder”, nos dice. Es por ello que resulta conveniente recuperar a Robert Greene, estadounidense nacido en California, es considerado por muchos como el Sun Tzu de nuestro tiempo. Greene es autor de varios libros entre los que destacan Las 48 Leyes del Poder y el de Las 33 Estrategias de la Guerra, en cuya estrategia 13 denominada Conoce a tu Enemigo señala que la “estrategia de la inteligencia” y afirma que “el blanco de tus estrategias debe ser menos el ejército frente a ti que la mente de quien lo dirige. Si comprendes cómo funciona su mente, tendrás la clave para engañarla y controlarla. Aprende a interpretar a la gente captando las señales que emite inconscientemente sobre sus ideas e intenciones más profundas. Una fachada amigable te permitirá observarla detenidamente y extraerle información. Cuídate de mostrar en ella tus emociones y hábitos mentales; intenta pensar como ella piensa. Al descubrir las desventajas psicológicas de tus adversarios, podrás ocuparte de trastornar su mente”.
Otra frase de estos días de Donald Trump que refleja su pensamiento y su mente que no debemos de menospreciar: “no voy a permitir a nadie que transforme al ‘Tío Sam’ en el ‘Tío Estúpido’”; es decir. Está dispuesto a todo para imponerse por la fuerza. Entonces, hay que ser muy categóricos: Unidos los mexicanos somos más fuertes. Atendamos el llamado de la Presidenta Claudia Sheinbaum porque no se trata del partido Morena, se trata de México y de nuestras familias, se trata de nuestros valores y de nuestras creencias, se trata de nuestro presente y de nuestro futuro. ¡Es Domingo de Hacer Patria!
