El impacto del virus sigue presente en la salud física, emocional y económica de miles de familias en México.

Han pasado cinco años desde que el COVID-19 llegó a México, pero para quienes perdieron a un ser querido o sobrevivieron a la enfermedad en su forma más grave, el recuerdo de esos días sigue latente. El dolor, las secuelas y las pérdidas económicas aún afectan a miles de personas en el país, donde la pandemia dejó más de 335 mil muertes según cifras oficiales.
María de los Ángeles Piñón Solano, quien perdió a su esposo Javier Silverio durante la segunda ola de contagios, asegura que la ausencia sigue pesando en su vida cotidiana. “Es como si hubiera sido ayer. El dolor no desaparece y todavía no lo he superado”, expresa con la voz entrecortada. Para su hija Susana, el recuerdo de recorrer hospitales en busca de una cama disponible es una de las experiencias más desgarradoras que vivió su familia.
Las secuelas físicas también son una realidad para muchos sobrevivientes del COVID-19. María menciona que su sistema respiratorio quedó debilitado, lo que la obliga a extremar cuidados en temporadas frías. Además, su negocio familiar, una panadería fundada por su esposo, aún no se recupera económicamente de la crisis derivada de la pandemia.
Ariel Sosa, periodista y sobreviviente de la enfermedad, recuerda lo difícil que fue presenciar la muerte de otros pacientes mientras estaba hospitalizado en un centro temporal. “Ver morir a la gente en total soledad fue devastador. No había familiares, solo el personal médico vestido como astronautas”, relata. Su experiencia quedó plasmada en un libro titulado Coronavirus en carne propia, con el cual busca rendir homenaje a quienes enfrentaron el virus.
El impacto de la pandemia también dejó lecciones para el sistema de salud. Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señala que la crisis evidenció la urgencia de fortalecer la capacidad de respuesta ante futuras emergencias sanitarias. “Hoy estamos mejor preparados que hace cinco años, pero aún hay brechas que debemos cerrar”, advierte.
Guillermo Torre, rector del instituto Tec Salud, enfatiza que la pandemia reveló deficiencias en el sistema de salud mexicano, resaltando la importancia de la prevención y la colaboración entre el sector público y privado. “Es fundamental reconocer nuestras carencias y buscar soluciones con mayor rapidez y agilidad”, puntualiza.
Cinco años después, el COVID-19 sigue dejando huella en México. Mientras las familias intentan reconstruir sus vidas, los expertos insisten en la necesidad de aprender de la experiencia y fortalecer la preparación para futuras crisis sanitarias.