En un acto de represalia por las tarifas impuestas por Canadá a los vehículos eléctricos chinos, Pekín introduce aranceles de hasta el 100% a una variedad de productos de Canadá, afectando principalmente a productos agrícolas y alimenticios.

Las autoridades de China anunciaron este sábado que impondrán aranceles de entre el 25% y el 100% a una serie de productos provenientes de Canadá, como respuesta a las tarifas arancelarias impuestas por Ottawa a los vehículos eléctricos de batería (BEV) fabricados en China. Esta medida, que se enfoca principalmente en productos agrícolas y alimenticios, llega después de que las tensiones comerciales entre ambos países aumentaran debido a los gravámenes impuestos por Canadá.
Entre los productos afectados se encuentran el aceite de colza y los derivados del guisante, que verán un arancel del 100%. Además, ciertos productos del mar y carne de cerdo estarán sujetos a un gravamen del 25%. Estas nuevas tarifas fueron anunciadas por el Ministerio de Finanzas de China, y de acuerdo con el comunicado oficial, la decisión es una represalia directa por las medidas comerciales adoptadas por el gobierno canadiense.
El conflicto comenzó en octubre del año pasado, cuando Canadá impuso un arancel del 100% a los vehículos eléctricos de batería importados desde China, citando preocupaciones sobre la sobrecapacidad de producción impulsada por el gobierno chino. Esta política fue vista como una medida proteccionista, siguiendo la línea adoptada por otras naciones como Estados Unidos y la Unión Europea, que también han implementado gravámenes similares.
En respuesta, China presentó una queja formal ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), acusando a Canadá de violar las normas comerciales internacionales y de actuar de manera unilateral y proteccionista. Pekín señaló que los aranceles impuestos por Canadá son discriminatorios y dañan los intereses legítimos de China, especialmente en lo que respecta al comercio de vehículos eléctricos y productos industriales.
Además del arancel a los vehículos eléctricos, Canadá también impuso un gravamen del 25% sobre las importaciones de productos de aluminio y acero provenientes de China, lo que agravó aún más la disputa comercial. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, defendió las tarifas, argumentando que eran necesarias para proteger a los fabricantes locales de los efectos de las prácticas comerciales chinas, a las que calificó como desleales.
Este enfrentamiento comercial entre China y Canadá refleja un aumento en las tensiones internacionales sobre comercio y protección de mercados. Los aranceles de Pekín a productos canadienses no solo afectan a los sectores agrícolas, sino que también subrayan las tensiones en torno al comercio de tecnología y productos manufacturados, especialmente en áreas como los vehículos eléctricos y metales industriales.