La Arquidiócesis Primada de México subraya la importancia de proteger la familia para enfrentar problemas como la violencia, la depresión y la fragmentación social.

La Arquidiócesis Primada de México ha hecho un fuerte llamado a la acción, advirtiendo sobre la crisis en la estructura familiar del país y su impacto directo en la realidad social. En un editorial publicado en el semanario Desde la Fe, la Iglesia católica subraya que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y que su deterioro está contribuyendo al aumento de la violencia, los asesinatos, la polarización, y los problemas de salud mental, como la depresión y el suicidio.
Según el editorial, la creciente ola de individualismo e indiferencia está debilitando el tejido social, y si no se protege a la familia, será imposible transformar la realidad social de México. “No podemos ignorar que la crisis de la familia es también una crisis de la sociedad. Cuando los lazos familiares se resquebrajan, la solidaridad se desvanece, el compromiso se diluye y la comunidad se fragmenta”, señala el texto.
La publicación retomó las palabras del papa Francisco, quien ha destacado en diversas ocasiones que la familia es el primer espacio donde se aprende a amar, y que debe mantenerse alejada del egoísmo y de la cultura del descarte. Para la Iglesia, la crisis familiar no es un problema aislado, sino que afecta la capacidad de los ciudadanos para comprometerse con la comunidad y fomentar la solidaridad.
En su propuesta para abordar esta crisis, el semanario católico destacó dos acciones clave: fortalecer la comunicación y el diálogo dentro de los hogares, y promover una cultura de servicio y entrega. Según la Iglesia, la escucha atenta y el acompañamiento diario dentro del núcleo familiar son esenciales para reconstruir los lazos afectivos. Además, los padres deben ser ejemplo de generosidad y entrega hacia sus hijos.
La Iglesia católica enfatizó que la familia no solo es un espacio de crecimiento personal, sino también un centro de evangelización y compromiso social. “Si cada familia decide hoy vivir el Evangelio del amor, si cada hogar se convierte en una pequeña escuela de servicio y acogida, entonces seremos capaces de restaurar el tejido social”, concluyó el editorial.
Este llamado se da en un contexto de creciente preocupación por la violencia en el país y la necesidad urgente de fortalecer los valores fundamentales dentro de la sociedad mexicana.