El Papa Francisco, hospitalizado desde el 14 de febrero por una bronquitis con infección polimicrobiana, será reemplazado por el Cardenal Angelo de Donatis en la celebración del Miércoles de Ceniza el próximo 5 de marzo.
El Papa Francisco no presidirá las celebraciones del Miércoles de Ceniza, el próximo 5 de marzo, debido a su hospitalización por bronquitis con infección polimicrobiana y neumonía bilateral. En su lugar, el Cardenal Angelo de Donatis, Penitenciario Mayor, será el encargado de presidir la tradicional liturgia que marca el inicio de la Cuaresma, según informó la Oficina de Prensa del Vaticano.
El pontífice, de 88 años, fue ingresado el 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma, donde recibió tratamiento para su enfermedad respiratoria. Aunque su estado sigue siendo complejo y el pronóstico sigue reservado, fuentes vaticanas han señalado que Francisco ha superado la fase crítica de su cuadro clínico y ha mostrado signos de mejora. Tras pasar una noche tranquila, el papa ha continuado con su tratamiento y fisioterapia respiratoria, manteniéndose activo leyendo los periódicos y desayunando normalmente.
La celebración del Miércoles de Ceniza, que comenzará en la iglesia de San Anselmo en el Aventino con la liturgia ‘estacionaria’, continuará con una procesión penitencial hacia la Basílica de Santa Sabina, donde se celebrará la misa con la bendición e imposición de las cenizas. Este evento será presidido por el Cardenal De Donatis, delegado del Santo Padre.
Aunque la salud del Papa Francisco ha requerido que se suspendan varias actividades programadas para los próximos meses, como la misa del primer domingo de Cuaresma y la participación en los ejercicios espirituales de la Curia Romana, el Vaticano aún no ha anunciado cambios en los planes para la misa del quinto domingo de Cuaresma, programada para el 6 de abril, día que coincide con el Jubileo de los Enfermos y del Mundo de la Salud.
A pesar de que su participación en eventos futuros sigue siendo incierta, las autoridades vaticanas han transmitido un mensaje de esperanza en torno a la salud del Papa, que continúa su tratamiento en el hospital y sigue siendo monitoreado cuidadosamente. El futuro de su recuperación depende de cómo evolucione su cuadro clínico en los próximos días.
Con la salud del Papa Francisco en el centro de atención mundial, se espera que los fieles y la comunidad católica sigan mostrando su apoyo y oraciones por su pronta recuperación.
