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Si algo ha quedado claro en el futbol americano moderno, es que la especialización es la clave del éxito. Quarterbacks que sólo lanzan, receptores que sólo atrapan, linebackers que sólo taclean. Y luego está Travis Hunter, que ignora todas esas reglas como si fueran sugerencias opcionales. Este fin de semana, en el NFL Combine, Hunter tiene una misión: convencer a la liga de que no necesita elegir entre ser wide receiver o cornerback. Él quiere ser ambos.
Desde que llegó a la Universidad de Colorado, Hunter ha sido un espectáculo ambulante. Bajo la tutela de Deion Sanders, Travis protagonizó más de 120 jugadas por partido. Un día hacía atrapadas de touchdown; al siguiente, bloqueaba pases como un esquinero de élite. En su última temporada, sumó 57 recepciones para 721 yardas y cinco touchdowns, además de tres intercepciones y siete pases defendidos Ganó el premio Heisman 2024 que lo reconoció como el mejor jugador del sistema NCAA. Si te parece increíble, es porque lo es. Pero también es real.
EN LA NFL HUNTER TENDRÁ QUE ELEGIR DE QUÉ LADO DEL BALÓN SE QUIERE ALINEAR
El problema es que la National Football League (NFL) no se maneja con ideales románticos. En la liga, la velocidad es extrema, los golpes duelen el doble y los entrenadores odian las distracciones. Los escépticos creen que Hunter tendrá que elegir de qué lado del balón se quiere alinear.
Los entrenadores y ejecutivos lo verán con lupa. Algunos estarán maravillados. Otros, escépticos. Pero si Hunter logra correr las 40 yardas en menos de 4.4 segundos, hacer cortes limpios y demostrar que tiene la técnica para sobrevivir en la NFL, alguien podría arriesgarse en el Draft.
El último gran jugador de doble vía en la NFL fue Chuck Bednarik, que jugó como apoyador y liniero ofensivo para Eagles entre 1949 y 1962. Desde entonces, la liga ha evolucionado hasta hacer casi imposible que alguien juegue ambas posiciones a tiempo completo. Hunter quiere cambiar eso. Y aunque el NFL Combine no dará respuestas definitivas, sí marcará el tono de su futuro.