El presidente de Argentina, Javier Milei, ha nombrado por decreto a Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo como jueces del Tribunal Supremo, a pesar de que el Senado no aprobó sus nominaciones el año pasado.
El presidente de Argentina, Javier Milei, ha emitido un decreto para nombrar a Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo como jueces del Tribunal Supremo, a pesar de no haber recibido los dos tercios de los apoyos del Senado exigidos por la Constitución. Los dos nuevos jueces fueron designados “en comisión” hasta la finalización del próximo período legislativo, con el objetivo de normalizar el funcionamiento del máximo órgano judicial del país, que actualmente opera con solo tres ministros.
La decisión de Milei llega en un momento en que el Congreso argentino se encuentra en receso, y no retomará sus actividades ordinarias hasta el 1 de marzo. Según un comunicado oficial, el Gobierno considera que el Senado no cumplió con su obligación de prestar acuerdo a los candidatos propuestos por el Poder Ejecutivo, argumentando que este órgano legislativo no puede rechazar a los candidatos por “preferencias personales o políticas”.
En el caso de Ariel Lijo, su candidatura ha sido polémica debido a su participación en procesos judiciales de alto perfil, como el encubrimiento del atentado a la AMIA. Sin embargo, el Gobierno ha defendido la designación de los jueces al señalar que “no tolera ni tolerará que los intereses de la política se impongan sobre los del pueblo argentino”.
El Ejecutivo también ha criticado la politización de la justicia, señalando que esta es una de las principales causas por las cuales los argentinos no cuentan con un sistema judicial eficiente que resuelva sus problemas. Milei ha asegurado que su gobierno seguirá buscando los votos necesarios en el Senado para oficializar las nominaciones de García-Mansilla y Lijo, a pesar de la polémica generada.
