Activistas y funcionarias de nueve países se reúnen en México para abordar la manipulación de imágenes con IA y exigir mayor responsabilidad de las plataformas digitales.
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La Primera Cumbre Latinoamericana de Defensoras Digitales dio inicio en la capital mexicana con el objetivo de establecer un modelo regional para castigar la violencia sexual digital, en un contexto de creciente preocupación por la manipulación de imágenes mediante inteligencia artificial (IA).
Del 24 al 27 de febrero, activistas, sobrevivientes de violencia digital y funcionarias de México, Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, Bolivia, Honduras, Panamá y El Salvador discutirán estrategias para proteger los derechos de las mujeres en el entorno digital.
Olimpia Coral Melo, fundadora del Movimiento Ley Olimpia y Defensoras Digitales, destacó que el logotipo de la cumbre —una silueta invertida de América Latina— representa un cambio de reglas, donde las mujeres del sur global lideran la agenda digital.
“Las latinoamericanas no somos un video sexual ni un objeto de comercio para la cultura porno. Somos sujetas de derechos y hoy construiremos la agenda digital mundial”, declaró Coral Melo.
Uno de los principales retos abordados en la cumbre es la manipulación de imágenes con IA para crear desnudos falsos (‘deepfakes’), una práctica que afecta principalmente a mujeres jóvenes y menores de edad.
La secretaria de las Mujeres del Gobierno de México, Citlalli Hernández, reconoció la lucha de Coral Melo y exigió mayor responsabilidad de las plataformas digitales en la erradicación de estos contenidos.
Por su parte, María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres, enfatizó que el 40 % de las mujeres en Latinoamérica no tienen acceso a internet, lo que también representa una forma de exclusión y violencia digital.
Además, la cumbre abordará la subrepresentación de mujeres indígenas y con discapacidad en los espacios digitales, quienes son tres veces más propensas a sufrir discursos de odio en línea.
El evento busca consolidar un frente común contra la explotación sexual digital y reafirmar que el mundo digital debe construirse con y para las mujeres.