Los Knicks no están preparados para pelear con los grandes de la NBA. Y así lo volvieron a dejar claro en la pasada derrota ante los Cavaliers por 142-105.
Los Cavs fueron un ciclón imparable desde el inicio y demostraron por qué son equipo de élite, y por qué los Knicks no lo son. Simplemente mostraron todas sus costuras, que son unas cuantas.El regreso de O.G. Anunoby a los parqués no ayudó a los Knicks a frenar a Donovan Mitchell y a sus dos torres Mobley y Allen.
Los Cavs siguen como un tiro con Atkinson al frente y ante los neoyorquinos cosecharon su 14º victoria de la temporada por al menos 20 puntos de margen, siendo el récord histórico de la franquicia de Ohio.
«No, no creo que jugáramos bien del todo. Simplemente estábamos concentrados, pero no la llamaría una victoria decisiva», reconoció Kenny Atkinson al medio ESPN.
«Obviamente son un gran equipo y jugamos en casa. Pero creo que tomamos nota de lo que puede funcionar ante un posible enfrentamiento de playoffs. Eso es probablemente lo más importante», destacó.
Un ‘rosco’ ante los grandes
Esta sin duda fue una de las peores derrotas de la carrera de Tom Thibodeau con un margen de -37 puntos de diferencia. La sensación fue que los Knicks, a pesar de las bajas, no tuvieron las armas suficientes como para frenar a los Cavaliers.
Se les hace de noche por dentro y echan muchísimo de menos a Isaiah Hartenstein y a Mitchell Robinson, ambos clave en la eliminatoria del año pasado.
«Las cosas salieron mal desde el principio», reconoció Tom Thibodeau.
«Tuvimos los primeros minutos en los que… Creo que estábamos cinco puntos arriba, y luego creo que fallamos un par de bandejas… Y si corres hacia atrás de la pista, vas a tener un grave problema. Nos golpearon muy rápido y no protegimos nuestro aro. Ganaron mucha confianza a partir de ahí y la bola de nieve se nos hizo muy grande», reconoció.
Los Knicks no han ganado este año ni a Boston Celtics, Cleveland Cavaliers u OKC Thunder. Atesoran un rotundo 0-6.
